Una alteración en el cerebro, clave en la muerte súbita
Colocar a los bebés boca arriba en sus cunas ha reducido casi a la mitad los fallecimientos por muerte súbita. Pero esta sencilla maniobra no ha logrado acabar con el problema. Una investigación realizada por los Institutos de Salud de Estados Unidos apunta a que la clave está en una alteración en el cerebro de los bebés.
Los niños aparentemente sanos que mueren de forma repentina fabrican bajos niveles de serotonina. Este neurotransmisor regula el ritmo cardiaco, el sueño y también la respiración. La falta de serotonina produciría problemas respiratorios, explican en JAMA, la revista de la Sociedad Médica Americana. «Cuando el bebé está boca abajo tiene más problemas para conseguir suficiente oxígeno. Si no tiene esa alteración cerebral giraría su cabeza o se despertaría para respirar mejor, pero un niño con una alteración tendría más problemas para hacerlo. La investigación abre la puerta a pruebas que permitan identificar a los bebés de más riesgo.
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