Rusia desembarca en los pozos iraquíes
ESTEBAN VILLAREJO
MADRID. La petrolera rusa Lukoil dio ayer su gran mordisco al pastel del petróleo iraquí al firmar un contrato con el Gobierno local por el cual asumirá la explotación del campo petrolífero de Qurna Oeste Fase 2 (sur de Irak), uno de los ... mayores del mundo y el más grande de Irak con unas reservas estimadas en 12.880 millones de barriles de petróleo.
Con el 56,25 por ciento de la participación, Lukoil liderará un consorcio en el que también se encuentra la compañía noruega StatoilHydro (18,75%) y la estatal iraquí North Oil Company (25%). El objetivo de producción fijado en el contrato es de 1,8 millones de barriles diarios en seis años, casi el 20 por ciento de la producción total que Irak espera alcanzar para esa fecha. El acuerdo se firmó por 20 años, prorrogables a otros 5, y con una remuneración para el consorcio de 1,15 dólares por barril extraído.
Este acuerdo -el último de una serie de diez realizadas por el Gobierno iraquí tras las adjudicaciones a subasta realizadas el pasado año- podría espolear la producción iraquí hasta los 10-12 millones de barriles al día, según señala a Reuters Ali Hussain Balou, líder del comité de gas y petróleo del Parlamento iraquí.
De cumplirse estas optimistas expectativas y si la estabilidad política lo permitiese, Irak se podría convertir en diez años en el máximo productor de petróleo mundial superando a Arabia Saudí (10,7 millones de barriles al día), Rusia (9,7) , Estados Unidos (8,5) e Irán (4,1) -datos de la Administración para la Información de la Energía de EE.UU.-. Irak produce 2,3 millones de barriles al día.
Pero la significación del acuerdo para el Gobierno iraquí no sólo se mide en términos energéticos, también en políticos. Tras el aluvión de críticas que recibió Bagdad por sus draconianas condiciones en su primera ronda de subasta -sólo logró cerrar un contrato con un consorcio anglo-chino de los ocho previstos-, la segunda tanda de acuerdos ya rubricados con diez consorcios supone un capital político para el Gobierno de Nuri al Maliki de cara a la celebración de las próximas elecciones del 7 de marzo.
Terceras mayores reservas
«Estos contratos traerán inversiones y dinero a Irak y suponen un paso adelante para el desarrollo de infraestructuras. Son el punto de salida para un futuro brillante para Irak», subrayó ayer el ministro de Petróleo iraquí, Hussain al-Shahristani.
Las ganancias estimadas en la venta del petróleo iraquí son de unos 3.245 millones de euros, según los cálculos del propio ministro. Las reservas petrolíferas de Irak serían de 115.000 millones de barriles, una cantidad sólo superada por Arabia Saudí e Irán.
¿Contribuirá el desarrollo del sector petrolífero a estabilizar el país? He aquí la gran incógnita en un país del que EE.UU. retirará el grueso de sus tropas el próximo mes de agosto para una retirada total en 2011. Aunque la inseguridad ha descendido en los dos últimos años, el Gobierno afronta una prueba de fuego este mismo mes con la preparación de las próximas elecciones como gran desafío.
Concluido el arduo proceso de la subasta de petróleo iraquí -primera desde que en 1972 Sadam Husein nacionalizara el sector- rusos (Lukoil), chinos (CNPC) y malayos (Petronas) parecen haberse erigidos como los grandes triunfadores inesperados en un proceso en el que británicos-holandeses (Royal Dutch Shell) también recibieron una importante porción del pastel con la segunda «joya» del petróleo iraquí: el campo de Maynun, (12.500 millones de barriles en reservas).
Las compañías estadounidenses se mostraron desinteresadas en todo el proceso. Tan sólo controlan un campo y participan en otro consorcio. Un desinterés contagiado ya a su política exterior.
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