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«Haití es destrucción, su capital es la muerte»

Pasadas las primeras veinticuatro horas desde que un devastador terremoto de 7 grados en la escala de Richter sacudiese Haití , las imágenes y los relatos de los primeros periodistas internacionales llegados a Puerto Príncipe dibujan una desoladora estampa de cadáveres apilados en las calles, supervivientes retirando escombros con sus propias manos para tratar de rescatar a los que permanecen con vida bajo los escombros, heridos que no encuentran hospitales donde poder ser atendidos y una población que trata de improvisar refugios donde aguardar la llegada de ayuda humanitaria.

" Hacerse paso por las calles para recoger los cadáveres parece en estos momentos una tarea imposible ", informaba este miércoles Sanjay Gupta para la cadena norteamericana CNN. "Los hospitales, que deberían ser el destino para aquellos heridos que podría sobrevivir, son inexistentes o están en unas condiciones espantosas (. . . ) y no hay prácticamente ningún tipo de maquinaria pesada para poder escarvar entre los escombros. La gente lo hace con sus propias manos", agregó Gupta.

La cadena ha emitido diversas imágenes de personas que, atrapadas entre las ruinas de viviendas, solicitan ayuda a gritos y se retuercen para tratar de salir de entre lo que antes eran viviendas. Muchos de los supervivientes están utilizando neumáticos y el poco material que tienen a mano para encender fogatas con las que evitar el frío y combatir la oscuridad de la noche, ya que desde el momento del terremoto la ciudad permanece sin suministro eléctrico.

El palacio presidencial, la catedral y varias iglesias, escuelas y hospitales, la principal prisión del país y barriadas enteras han quedado reducidos a escombros, según la enviada especial de la cadena CBS Katie Couric. "Toda la gente está en la calle, en refugios que ellos mismos están haciéndose para poder atender (a los heridos)", señaló la reportera enviada por Telesur Madeleine García. "Las personas están desesperadas porque no hay alimentación. Vimos a la gente que ha sobrevivido con mucha hambre y mucha sed (. . . ) las calles están rotas, los edificios se desvanecieron", relataba García vía telefónica.

Ante esta situación, la llegada de la ayuda humanitaria y de los equipos de rescate enviados por la comunidad internacional se hacen vitales para atender a los heridos y garantizar los víveres básicos para quienes se han quedado en la calle.

El primer ministro de Haití, Jean-Max Bellerive, dijo en declaraciones a la cadena estadounidense CNN que el fuerte terremoto de 7,3 grados que ha sacudido este miércoles el país ha causado cientos de miles de muertos. "Espero que no sea así, espero que la gente haya tenido el tiempo de huir", aseguró Bellerive.

Bellerive indicó que la población está ahora en calma mientras las autoridades intentan ajustar los efectos del terrible seísmo y llegar a una conclusión más exacta sobre cuanta gente ha resultado muerta o herida.

"Cientos de miles de personas han perdido sus casas y están durmiendo en la calle", explicó uno de los coordinadores de Médicos Sin Fronteras, que ha atendido en las últimas horas a cerca de un millar de personas heridas en el terremoto de Puerto Príncipe. El seísmo "destruyó parcialmente los hospitales y clínicas en que trabajaba" la ONG, por lo que "los equipos han tenido que instalarse en tiendas de campaña para poder prestar asistencia médica", informa Médicos Sin Fronteras en un comunicado.

Ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), el embajador de Haití , Duly Brutus, aseguró que "nunca nuestro país ha necesitado tanto la ayuda de la comunidad internacional". Brutus habló de "docenas de miles de víctimas" tras el seísmo.

Mike Blanpied, del Instituto Geológico de EE.UU. ( USGS ), asegura que, basándose en el lugar y le tamaño del terremoto, unos tres millones de personas se habrían visto afectadas por el impacto de este devastador seísmo. Otro geofísico del USGS de Golden, en el Estado de Colorado, ha indicado que Haití no había conocido un terremoto de tal intensidad desde hacía más de 200 años . "Hubo dos temblores de tierra importantes en 1750 y 1771, pero desde entonces no había habido ninguno de esta magnitud", declaró Dale Grant.

«Todo el mundo temblaba, era como un baile, la gente salía de los vehículos, corría y gritaba», relató Jesús, uno de los supervivientes, quien describió que «la carretera se abrió por la mitad» ante sus ojos. «Sólo nos queda encomendarnos a Dios».

«La capital es muerte. Una parte de Haití es destrucción», subrayaba Haiti Press Network, una publicación haitiana en internet. Tanto Haiti Press Network como la página digital de Radio Metropole describen el panorama en Puerto Príncipe como desolador o dantesco, con «cadáveres abandonados sobre el pavimento», informa Efe.

La noche, al raso

A la espera de la ayuda humanitaria, los haitianos se disponían ayer a deambular una noche más por las calles de Puerto Príncipe —donde se concentran unas 850.000 personas—. Una de las cooperantes en el país ofreció este testimonio: «Desde los escombros se oyen gritos de socorro de los que se han quedado dentro». Todo ello en Haití, el país más pobre de América

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