Chygrynskiy, la mancha de Pep
En fiesta permanente, el Camp Nou ha encontrado un cardo que florece en el verde jardín, una planta espinosa que desentona entre tanta belleza. El jardinero, que responde al nombre de Pep Guardiola, dice que es cuestión de tiempo, que en nada será una joya ... que brillará tanto como cualquier otra. Es su apuesta personal, Dmytro Anatoliyovych Chygrynskiy (7 de noviembre de 1986), ucraniano de aspecto intimidante cuyos únicos méritos, hasta la fecha, son los silbidos de una parroquia que todavía babea con el equipo de las seis copas.
Precisamente por eso, por ser un capricho del técnico, muchos ven en el central el blanco perfecto para meter mano a Guardiola una vez el equipo ha dejado de ser inmortal. Después de un año y medio al frente de la nave, apenas se vislumbran manchas en el refinado traje de Pep, tan eterno él que tiene la inmunidad pase lo que pase de aquí en adelante. Pero se empeñó con Chygrynskiy, dio la lata a Txiki Beguiristain y a Joan Laporta durante todo el verano -las otras peticiones las ignoraron- y el grandullón de las melenas (1,90 metros), rostro desaliñado con barba poblada, ha salido rana. «Es muy bueno -le defiende su mentor-. Hay que darle tiempo. Cuanto más juegue, mejor lo hará», recordó el martes al término de la ida de los octavos contra el Sevilla, en donde el zaguero cometió un penalti sobre Capel.
A Chygrynskiy pocas veces se le ve sonreír en público. Sus compañeros hablan maravillas de él, de su profesionalidad, de su capacidad de sacrificio en el trabajo, pero los resultados son los que son. Arrastrará de por vida una mochila pesada, más concretamente de 25 millones de euros. Es el precio que pagaron los dirigentes del Barcelona al Shakhtar Donetsk, que cuando vieron el cheque con tantos ceros dieron palmas de alegría. Por contra, Guardiola insistía en que era el perfil necesario para el Barcelona, pues, según los vídeos, el jugador tenía un control del balón del que carecen la mayoría de los centrales. Pensó lo mismo de Martín Cáceres y ahora anda cedido en el Juventus, con quien lo hace bastante mejor.
Dima, como lo llama Guardiola, tiene encima la carga de no poder jugar en Liga de Campeones al haber disputado la previa con el Shakhtar. Con todo, ha disputado ocho partidos de Liga -todos como titular, 656 minutos- y dos en Copa. «Saldrá adelante», vaticina Guardiola.
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