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La Guardia Civil espera una avalancha de pateras con el SIVE averiado

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La provincia de Alicante se ha convertido, junto con Murcia y Almería, en una de las puertas de entrada preferentes de la inmigración ilegal procedente del norte de África. En los dos últimos años se ha registrado un goteo incesante de pateras que ni los radares del Sistema de Vigilancia Exterior (SIVE) recientemente implantado por el Gobierno han sido capaces de frenar.

Y no parece que la situación vaya a cambiar a corto plazo. Según fuentes de la Guardia Civil consultadas por ABC, los agentes que se encargan de la vigilancia marítima en Alicante -un servicio mermado por las bajas- esperan que en la segunda quincena del mes de enero se produzca una auténtica «avalancha» de pateras lanzadas desde las costas de Argelia y Marruecos.

Dos factores explican el estado de alerta de la Guardia Civil. De un lado, la llegada de las primeras pateras del año a las costas de Motril y Cartagena, este fin de semana. Y de otro, el hecho de que a partir del 15 de enero empiecen las calmas en el mar Mediterráneo, que facilitan el tránsito de pateras desde el norte de África.

Un sistema en precario

La certeza de la futura llegada de nuevas pateras a las costas alicantinas se conjuga, además, con la desalentadora realidad de que el SIVE, un sistema cuya implantación en Alicante -donde existen cuatro radares fijos y uno móvil conectados a la Comandancia de la Guardia Civil- ha costado 8,5 millones de euros, es incapaz de detectar la llegada de la mayoría de embarcaciones.

Desde su puesta en funcionamiento, el pasado mes de octubre, el SIVE alicantino sólo ha sido capaz de detectar una patera -cuyos tripulantes, además, llegaron a tierra antes de ser detenidos-. En cambio, otras nueve embarcaciones han llegado a la costa de Alicante sin ser detectadas por los radares. Los avisos partieron siempre, invariablemente, de barcos pesqueros.

La Guardia Civil explica la escasa efectividad del sistema por la falta de pericia de los agentes que lo controlan. Sin embargo, el SIVE se encuentra con otro obstáculo que merma aún más su eficacia: la avería en la cámara de infrarrojos de uno de sus radares.

Un rayo impactó en la cámara del radar situado en Cabo Roig, en Torrevieja -al sur de la provincia, el primero que debe detectar las pateras-, días después de su puesta en funcionamiento. La empresa que ha desarrollado el SIVE, Amper, la desmontó para repararla, y la reemplazó con la cámara del radar situado en Santa Pola, cerca de la capital alicantina.

Según confirmaron ayer las mismas fuentes, la citada cámara aún no ha sido reparada, por lo que el SIVE tendrá que afrontar la previsible avalancha de pateras con una importante limitación técnica.

«Inútil» según los casos

Más aún. En una respuesta parlamentaria al senador del PP por Alicante Agustín Almodóbar, publicada el pasado 16 de diciembre, el Ministerio del Interior reconocía que el SIVE, pese a ser un sistema «perfectamente válido» para combatir la inmigración ilegal, puede llegar a ser «inútil» bajo determinadas circunstancias.

Una lancha demasiado pequeña, o construida con un material que no refleje las ondas del radar, puede pasar desapercibida para un sistema cuyas prestaciones se ven afectadas, además, por una climatología adversa, según dicha respuesta.

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