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Sexy-genarias en acción

Sexy-genarias en acción

«Es increíble. Tengo 60 años y estoy interpretando a la protagonista en comedias románticas. Bette Davis debe de estar revolviéndose en su tumba. Tenía 42 años cuando hizo “Eva al desnudo” y 54 en “¿Qué fue de Baby Jane?”». Son palabras de Meryl Streep en «Vanity Fair». Nacida el 22 de junio de 1949, Meryl es la cabeza destacada de la generación de sesentañeras que lidera las taquillas o sigue en primera línea. Otras son Susan Sarandon (63), Sigourney Weaver (60) y Glenn Close (62). Hasta Patty Smith (63), con su bigote y sus pelos de Gandalf, continua de gira.

«Meryl Streep ha roto el techo de cristal para que una señora mayor sea una gran estrella. Eso no había sucedido jamás», asegura Mike Nichols. Es cierto que estamos hablando de la mejor actriz del mundo, según Clint Eastwood cuando le preguntaron por qué la eligió para «Los puentes de Madison». También tiene sus detractores, pero los más importantes (Truman Capote y Katherine Hepburn) están muertos. Y quizá habrían cambiado de opinión. La chica de «Holocausto» se ha convertido en la más grande, en un antídoto contra esnobismos y un reclamo para ir al cine. Y eso mientras sigue cumpliendo años.

«Me encanta ser vieja», asegura Sigourney Weaver, que triunfa con la innovadora «Avatar» y anda reventando el proyecto de «Cazafantasmas 3». Sigourney está casada desde hace 25 con un hombre siete años más joven. «Se lo dije antes de casarnos: Soy mayor que tú. Voy a estar por delante en cada paso de la vida. Voy a perder la vista antes. Me voy a derrumbar antes. Voy a ser la pionera de esta pareja, así que nunca me tires mierda por ser mayor que tú. Y no lo asusté».

Susan Sarandon también tenía de pareja a un hombre mucho joven que ella, Tim Robbins. Hasta este verano en que la pareja se rompió (aunque se haya conocido ahora). La Sarandon, pese a que su último papel en «El mejor» sea de madre doliente, siempre ha sido una presencia sexual en el cine, más que las otras sesentañeras Recordemos sólo «Pasión sin barreras» o «Los Búfalos de Durham». Y lo sigue siendo. Si no, no se explica que hace unos días, sabiéndola libre, le colgaran un novio de 31 años. Como si una pareja de una mujer de 63 y un hombre de 31 fuera de lo más normal (y, encima, no siendo la mujer Joan Collins). Otra que, como Bette Davis, se revolvería en su tumba sería la Norma Desmond de «El crepúsculo de los dioses», que tenía 50 años cuando era considerada una vieja acabada de Hollywood (Gloria Swanson tenía 51). No es que los 60 sean los nuevos 50 o los 50 los nuevos 40. Es que igual que hay estrellas y actrices espléndidas de cualquier edad también hay mujeres de su generación que van al cine.

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