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Viena recibe 2010 con el tradicional concierto

Viena recibe 2010 con el tradicional concierto

Y se repitió el rito. Quizás este año con más aciertos que nunca, ya que la retransmisión en directo por TVE desde la capital austríaca del Concierto del Año Nuevo de los Filarmónicos de Viena en la sala dorada del Musikverein –señal que llegó a 72 países- fue toda una experiencia gracias al lujo de la realización televisiva de Karina Fibich (que reemplazó in extremis a un indispuesto Brian Large), al espectáculo musical y dancístico –con vestuarios de Valentino-, a la ausencia de publicidad y a las acertadísimas, aclaratorias y simpáticas apreciaciones de ese maestro de la radiotelefonía que es José Luis Pérez de Arteaga, encargado de comentar el espectáculo por Radio Clásica y por TVE.

El programa, con una audiencia estimada en más de 50 millones de telespectadores y centrado como siempre en la saga de los Strauss a ritmo de polkas y valses, tuvo este año cierto acento francés: no podía ser de otra manera, ya que en el podio reinó por segunda vez el ya mítico George Prêtre , quien debutó al mando de este espectáculo en 2008; en esta ocasión, y a sus 85 años, no sólo se convirtió en el más longevo de los directores del famoso concierto, sino, además, en uno de sus triunfadores debido a lo innovador del programa y a su pulcra y creativa dirección regalando versiones de piezas tan populares -como el mismísimo “Danubio azul”- que sonaban completamente a nuevas. La química entre director y músicos fue total, incluso en el vestuario, ya que él lució un traje con corbata plateada y ellos moderna americana, chaleco, pantalón gris y corbatas también en tonos plata (salvo las cinco intérpretes femeninas, todas de negro). Con su entrega, los maestros filarmónicos demostraron una vez más las razones que los convierten en miembros de una de las mejores orquestas del mundo, convirtiendo el popular programa en una seguidilla de obras maestras.

Con la mirada puesta en Johann Strauss –cuya relación con el famoso conjunto vienés comenzó en 1873, aunque no fue hasta 1939 cuando se impuso la tradición del Concierto de Año Nuevo- y en un entorno decorado con más de 3.000 flores traídas desde Italia, hubo además de los guiños al repertorio galo, con Offenbach y los propios Strauss inspirados en París, un recuerdo al compositor alemán Otto Nicolai, fundador de los Filarmónicos, y otro al conocido como 'el Strauss danés', Hans Christian Lumbye, haciendo las delicias de un público tan devoto como heterogéneo.

Antecesores ilustres en la dirección

Ya se sabe, el turismo musical de la capital vienesa ha transformado cada 1 de enero en una peregrinación para los melómanos de medio mundo. El bajo español Stefano Palatchi escogió esa ciudad para recibir el 2010 y, cómo no, también estuvo dando palmas en el “Marcha Radetsky”: “Es genial el ambiente que se crea”, comentó el popular cantante a ABC, quien acudió al concierto con su novia, la gestora cultural Helena Nogales . “La gente se viste de etiqueta, las señoras japonesas vienen con kimono y en la sala se crea una mezcla social y cultural multiétnica. Viene gente de todo el mundo y esto se convierte en una auténtica fiesta musical. Y después la fiesta sigue en la calle, ya que a pesar del frío en muchos rincones del centro de la ciudad hay grupos tocando y cantando”.

La ya citada ausencia de publicidad en la retransmisión permitió la emisión al completo, durante la media parte del concierto, de un interesante documental que mostró aspectos del ‘making of’ del espectáculo, desde los ensayos musicales al proceso de diseño y confección de los elegantísimos y refinados vestuarios que Valentino concibió para los miembros del Ballet de la Ópera de Viena que ilustraron un par de valses con actuaciones en directo desde el Museo de Historia del Arte vienés, hermosas coreografías firmadas por Renato Zanella.

Durante el concierto no faltaron los golpes de humor –tarareos de los músicos, los deseos de un buen año, el champagne de los de la percusión- ni tampoco algunas escenas pregrabadas que ilustraron piezas como el citado “Danubio azul”, del que se mostraron algunos lugares emblemáticos de los que baña en los 2.840 kilómetros que recorre.

Desde que la Filarmónica escogiera a Lorin Maazel como director del conjunto, el músico norteamericano dirigió el concierto del 1 de enero hasta 1986; le siguieron Herbert von Karajan (1987), Claudio Abbado (1988, 1991), Carlos Kleiber (1989, 1992), Zubin Mehta (1990, 1995, 1998, 2007), Riccardo Muti (1993, 1997, 2000, 2004) Lorin Maazel (1994, 1996, 1999, 2005), Seiji Ozawa (2002), Nikolaus Harnoncourt (2001, 2003), Mariss Jansons (2006), Georges Prêtre (2008) y Daniel Barenboim (2009). La edición del Concierto de Año Nuevo 2010 en formato DVD, CD y blue ray se espera para las próximas semanas.

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