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«De A para X: una historia en cartas»

John Berger. Traducción de Pilar Vázquez. Editorial Alfaguara (Madrid, 2009). 200 páginas. 16'50€

«De A para X: una historia en cartas»

Érase una vez una pareja separada. Érase una vez su historia de amor en cartas. Hasta aquí, todo bastante convencional. Añadamos que él está condenado de por vida en la cárcel; añadamos que ella vive con el riesgo de tener su mismo destino. Añadamos, además, que toda su historia se desarrolla en el asfixiante ambiente de la Guerra de Irak .

El género epistolar que desarrolla el pintor y crítico de arte John Berger en «De A para X» (Alfaguara, 2009) es el idóneo para narrar la historia de Aída y Xavier, dos jóvenes que se quieren, nada más. Ella es farmacéutica y él soldador: pero ella se encadena a otras mujeres cuando los tanques enemigos quieren bombardear edificios y él cumple doble cadena perpetua (por si osa cumplir una) en la cárcel de Suse, acusado de terrorista.

200 páginas de breves cartas donde Aída cuenta su rutina a Xavier, que tan fascinante le parece ahora que está confinado en la celda 73. Una celda en la que solo, tumbado en la cama totalmente pegado a la pared y apoyando la cabeza levemente sobre la almohada, se ve el cielo, de pequeño que es el ventanuco.

Una historia de amor, de lucha, de la sencillez aparente que adoptan los personajes ante una situación tan desoladora, pero sobre todo de la convicción: de la fe en el amor, en salir algún día de la cárcel y no sólo leer las cartas de Aída y tocar las manos que ella dibuja en el papel, sino agarrarlas de verdad; en que algún día no hará falta un lenguaje secreto, ni se denegarán permisos de matrimonio, ni habrá nostalgia.

La intimidad que desvela Aída en sus cartas, su rutina, sus deseos y sueños, tienen una vuelta de hoja con las anotaciones que realiza Xavier, inspirado por las palabras de su novia: datos sobre pobreza, sobre injusticia, historias de la cárcel o reflexiones que le hacen pensar en su libertad... o en Johnny Cash .

Sobrevivir

El libro es breve, no es una gran historia ni rebosa intriga: sólo una pequeña y poderosa muestra del dolor que producen la distancia y la guerra. Berger sabe meterse en la piel de una mujer sin su hombre, de un hombre sin su libertad, de una pareja sin futuro y de un país sin esperanza. El trasfondo, todas las Aídas y Xavieres que habrá en el mundo: los personajes en torno a los dos jóvenes, sobre todo la gente que acude a Aída en busca de curación, sobre todos los amigos de la pareja, los que aún no han sido asesinados por su activismo político. Todos comparten el dolor, todos han renunciado a la poca tranquilidad que pueda haber en Irak, a resignarse y sobrevivir en la guerra... y a la guerra.

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