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Los españoles entrenarán en combate a los afganos con el sistema americano

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La «aportación significativa» que Zapatero prometió a la «nueva estrategia» de Obama para Afganistán no sólo es cuantitativa -los 511 soldados y 40 guardia civiles más anunciados por Chacón-, sino también cualitativa: el nuevo contingente se va implicar mucho más en la formación práctica y el despliegue sobre el terreno del Ejército Nacional Afgano.

Hasta ahora había dos equipos de instrucción (OMLT por sus siglas en inglés) en la base de Camp Stone compuestos cada uno por alrededor de 50 militares entre instructores y fuerzas de apoyo. Para los tres nuevos grupos de formación, Defensa envía a 465 soldados, con lo que triplica la fórmula vigente para adaptarse al modelo que las tropas de los Estados Unidos aplican en las provincias bajo su control. A la hora de desplegarse en el terreno e instruirse en misiones de patrulla y combate tienen una proporción de menos de tres soldados afganos por cada norteamericano.

Defensa enviará a esos 465 de los 511 nuevos militares destinados a Afganistán a preparar a 2.000 soldados locales. Es fruto de la llamada «nueva estrategia» de Obama para recuperar durante 2010 la iniciativa perdida en la guerra: combatir y derrotar a los talibanes y, al tiempo, poner en pie un Ejército Nacional capaz de ir relevando a partir de 2011 a fuerzas de la OTAN.

Zapatero se ha apresurado en satisfacer las demandas del presidente de los Estados Unidos pese a que su decisión ante el agravamiento del conflicto no es muy pacifista: redoblar el esfuerzo bélico con 40.000 soldados para liberar el este y el sur del país del control de los «insurgentes».

Cuando el Estado Mayor pedía al Gobierno esta primavera un refuerzo de hasta un batallón (unos 450 soldados) para proteger mejor a las tropas españolas en la zona se tuvo que conformar con los 220 militares adicionales aprobados en septiembre pasado.

Zapatero ha sido más sensible ante la llamada de Obama y no ha esperado a coordinar su respuesta con los principales aliados europeos -Alemania y Francia- que, temerosos de su opinión pública, esperan a la conferencia internacional de Londres sobre Afganistán convocada para el 28 de enero para fijar y coordinar su oferta de refuerzos militares. En esa cita también se hablará de medidas políticas y exigencias al régimen de Karzai, con lo que su respuesta no se limitará a un anuncio de envío de más soldados como en el caso español.

Zapatero también se ha puesto al frente en la proporción del esfuerzo ofrecido. Aumenta en un 50 por ciento las tropas españolas mientras que los más fieles aliados de EE. UU., los británicos, lo harán en un12 por ciento al comprometer otros 1.200 militares.

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