Zapatero dice que «no está en su agenda» retirar crucifijos pero lo consensuará por ley
El cardenal Rouco Varela recuerda que la Cruz no es sólo un símbolo religioso sino «de humanidad»
La proposición no de ley pactada por ERC y el PSOE en el Congreso para retirar los crucifijos de los centros escolares causó ayer un terremoto en la política y en la sociedad. Tal fue así que desde el Partido Socialista y el Gobierno se apresuraron a matizar que la enmienda aprobada sólo afectará a los colegios públicos, si bien en el documento se habla de centros en general, y en el debate parlamentario quedó más que claro que estaban incluidos «todos», también los concertados. Así se lo recordó el otro firmante del acuerdo, el diputado de ERC Joan Tardá: «El texto pactado habla de todos los centros. Todos sabíamos lo que votábamos».
El diputado socialista Luis Tomás, que comparte firma con Tardà en la enmienda, quiso frenar la polémica y tiró la pelota al tejado del Gobierno, que será «quien decida a qué tipos de colegios afecta». «El Gobierno entenderá cuál es la mejor interpretación de la sentencia del Tribunal de Estrasburgo», comentó. Por si acaso, en la enmienda se deja la puerta abierta a que afecte a cualquier centro. En su blog personal, Tomás se felicita por el acuerdo y elogia a su partido por no tener «miedo a afrontar los problemas que afectan a la convivencia», frente al PP, «que utiliza cualquier tema para enfrentarnos».
En el debate de la Comisión, el texto de la enmienda transaccional se leyó en público al menos dos veces, para que los portavoces, que no conocieron el contenido hasta unos minutos antes de votar, supieran de qué se trataba exactamente. El presidente de la Mesa de la Comisión en ese momento repitió la última frase de la enmienda, donde se habla de «los centros escolares», para dejar claro que no se especificaba el carácter público de los colegios afectados.
La versión de Zapatero
El optimismo del diputado Luis Tomás superó en este caso al del presidente del Gobierno. José Luis Rodríguez Zapatero le desautorizó en rueda de prensa y bajó la polémica al terreno de la realidad. Aseguró que la retirada de los crucifijos no está en la agenda del Gobierno en estos momentos y aseguró que no lo estará hasta que la futura ley de libertad religiosa estudie esos supuestos. Zapatero, además, prometió que cuando se regule en esa ley, para la que no dio fecha, se hará «buscando el máximo consenso».
También desde el Gobierno, el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, aseguró que la ley respetará «las creencias de una sociedad que hoy en día también es plural desde el punto de vista religioso», informa desde Zaragoza Yolanda Aznar. Además, el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, afirmó que el Ejecutivo estudiará la sentencia del Tribunal de Estrasburgo, y si «tiene que incorporarla» a nuestro ordenamiento jurídico buscará «el máximo consenso» con todas las fuerzas políticas.
En el PP, la respuesta ante la ofensiva del PSOE y ERC en el Parlamento fue contundente. El líder de la oposición, Mariano Rajoy, advirtió que el Gobierno de la Nación «no debe meterse» en la retirada de los símbolos religiosos, y «no debe jugar a dividir a los españoles, sino por el contrario debe trabajar para unirlos».
La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, se preguntó, en declaraciones a la COPE, si tras la proposición no de ley que pide al Gobierno la retirada de los crucifijos de los centros escolares, y con la llegada de la Navidad, «el PSOE también va a prohibir los belenes y las cabalgatas de Reyes Magos».
Precisamente, el presidente del Congreso, José Bono, resaltó que se negaba a dar un titular sobre los símbolos cristianos justo cuando se acerca la Navidad. En una reciente entrevista a Europa Press, destacó que a él «no le molesta el crucifijo» en ningún ámbito de la vida, aunque matizó que respetará lo que la mayoría decida.
El otro grupo parlamentario, junto al PP, presente en la Comisión que rechazó la proposición fue CiU. Su diputada Mercè Pigem, experta en derecho canónico, ya advirtió que el PSOE y ERC se estaban metiendo en «un jardín muy frondoso». Y fue ella la que alertó a todos los diputados de que la enmienda no se circunscribía a los colegios públicos. Preguntó, además, si a partir de ahora los socialistas y ERC pedirán también cambiar el nombre de calles y colegios con contenido religioso.
El portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Durán i Lleida, se mostró «preocupado» por que éste sea el primer paso para la retirada de todos los símbolos religiosos. A su juicio, la propuesta va en contra de la libertad de enseñanza y de la libertad de los padres a educar sus hijos según sus convicciones morales y religiosas.
El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela, manifestó ayer en Salamanca su deseo de que la proposición no de Ley «se quede ahí y no vaya más allá». Rouco Varela, que presidió en la Universidad Pontificia salmantina la entrega de la medalla de oro del centro al obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, criticó la forma en la que se está tratando este asunto por los partidos políticos que apoyan la propuesta de la comisión «sobre todo por el PSOE», informa desde Salamanca Rocío Blázquez.
«No por imposición»
Para el presidente de la Conferencia Episcopal «la democracia funciona con la libertad, no con la imposición, facilitando el que se puedan ejercer los derechos y no limitándolos», por lo que consideró inapropiado que se retiren los crucifijos «por imposición» y no por la libertad de cada centro. Rouco Varela calificó de «muy triste» el hecho de que se debata en una Comisión Parlamentaria un hecho de estas características que debería dejarse a la libertad de cada centro. En este sentido, añadió que la Cruz no es sólo un símbolo religioso sino «de humanidad, de un humanismo que ha hecho transpirar al mundo entero con valores fundamentales, del perdón de la misericordia, dar la vida, saber entregarla».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete