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ABC Cultural

Una fotografía amable

Las imágenes de Ouka Leele están indeleblemente asociadas a la movida de Madrid, de cuando aquí la gente —incluidos los artistas— empezaba a divertirse: «Esto es Nueva York», era el slogan implícito que podría resumir esta pérdida de complejos. Ése es el punto de partida ... del trabajo de Rafael Gordon en torno a la artista madrileña, a la que se acerca con admiración y respeto. Logra así un razonable grado de intimidad con ella, que se revela sobre todo cuando relata su arduo combate con una enfermedad fatal: la moraleja personal que extrae de todo ello vale por sí sola el precio del desplazamiento. Pero, quizá, para el documentalista el precio es que compone un retrato demasiado amable, como esas «biografias autorizadas» de famosos que siempre se dejan en el tintero algunas de las cosas que más pueden interesar a un espectador menos rendido al arte del «homenajeado» o más interesado en el contexto en el que se desempeñó. Se despliega un abundante, envidiable, material de archivo pero apenas rebasa el nivel de ilustración de una vida ejemplar, salvo cuando la vemos empeñada en el proyecto de pintar un gran mural en Murcia; con todo, esas fotos repintadas que la hicieron famosa tienen todo el valor de un artefacto de la época. Vemos ahí, sin duda, la mirada de Ouka Leele; lo que vemos menos es la de Gordon, esa mirada necesaria para elevar su trabajo por encima del viejo modelo del film d'art.

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