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¿La última Maragallada?

¿La última Maragallada?

De todos es conocido el poco apego de Pasqual Maragall por la disciplina de partido, empezando por el suyo -cuando lo era- y lo mucho que le afectó su primera derrota electoral frente a Jordi Pujol, en escaños pero no en votos. Esa dura toma de conciencia de que el voto de un residente del Pallars (Lleida) vale el triple que un voto de Barcelona llevó al ex presidente y ex alcalde olímpico a hacer de la aprobación de una Ley electoral catalana uno de sus objetivos prioritarios.

Un objetivo que quedó aparcado por las urgencias del primer tripartito y la escasa disposición tanto del PSC como de CiU a modificar unas normas que han servido para consolidar el poder del aparato en el caso de los socialistas y el control del territorio en el de los nacionalistas. Pero Maragall insiste en su empeño, esta vez a través de Ciutadans pel Canvi (CpC), el grupo que nació como plataforma de lanzamiento de su primera candidatura a la presidencia de la Generalitat, y que pervive integrado en el Grupo Socialista en el Parlament.

Ellos son los responsables de la Iniciativa legislativa popular (ILP) de una Ley electoral catalana aceptada ya por la Mesa del Parlament y que debe ser debatida en el plazo de tres meses. Justo el tiempo que se ha dado la Ponencia parlamentaria «oficial» para aprobar una ley pactada por todos los partidos catalanes. El texto ha llegado en el «momento oportuno» se felicitan sus promotores. Justo cuando socialistas, nacionalistas y republicanos han visto en la Ley electoral la vía de escape ante la exigencia ciudadana de una reacción contundente a los casos de corrupción que asolan la política catalana.

Pero la propuesta de CpC va mucho más allá de lo que están dispuestos a asumir los partidos, que en privado reconocen que en los meses que quedan no irán más allá de pactar una «sindicatura electoral» y medidas de reducción del gasto electoral como límites al presupuesto de campaña y compartir los «mailings» de propaganda.

La ILP firmada por más 88.000 catalanes va mucho más allá. Reclama listas desbloqueadas -los partidos ponen la lista pero el votante puede tachar a los candidatos que considere- para «acabar con la dictadura de los partidos», en palabras de Maragall, y nuevas medidas de transparencia en la financiación de los partidos.

Lista para publicar

Los responsables del texto, Joan Botella y Jordi Capo, catedráticos de Ciencia Política,tiene claro además que la aprobación de la primera Ley electoral catalana -en la única comunidad que no ha sido capaz de consensuar una en 29 años de autonomía- se podría zanjar en días si los partidos tuvieran voluntad política, puesto que el texto apadrinado por CpC «es de primera clase y podría publicarse mañana en el DOGC». El reto está lanzado, quedan seis meses para hacerlo realidad.

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