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Cine de ficción

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El «caso Alakrana» no terminó con la liberación de los tripulantes, sino que ha empezado, en su vertiente política, con una virulencia propia de la gravedad de un asunto en el que el Gobierno ha caído en sus propias contradicciones. Las declaraciones de ayer de Moratinos, al confirmar que los tripulantes que Carme Chacón «controlaba» fuera del barco -supuestamente habían sido desembarcados por los piratas- no habían bajado a tierra en ningún momento, demuestran que el Gobierno no dijo la verdad. Tampoco cuadra la versión dada ayer por el jefe del Estado Mayor de la Defensa, José Julio Rodríguez, que dio la cara por su ministra (ambos en la imagen superior), quien afirmó que un helicóptero de la fragata había abierto fuego contra el esquife tras la liberación de los tripulantes. El capitán del «Alakrana» fue tajante al afirmar que no se había producido ningún ataque, y Defensa insiste en que hubo disparos, «pero no los oyó». Dos ejemplos de que la versión del Ejecutivo no se compadece con la realidad. La incapacidad del Gobierno fue denunciada ayer por Mariano Rajoy (a la izquierda), que anunció la reprobación de Chacón, Caamaño y De la Vega. La respuesta de esta última se convirtió en un ejercicio de irresponsabilidad al acusar al PP de servir a los intereses de los piratas. -España

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