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La verdadera historia de los leones «come hombres» de Tsavo

La verdadera historia de los leones «come hombres» de Tsavo

Hace más de un siglo, dos leones que merodeaban el campamento de los trabajadores del ferrocarril en Tsavo , Kenia, se convirtieron en una leyenda que ha perdurado hasta nuestros días. Los dos ejemplares sembraron el terror entre los obreros del Imperio Británico y los lugareños de la etnia Taita durante nueve meses. Bautizados como los «devoradores de hombres», se les atribuía la muerte de 135 personas y prácticamente se les consideraba la encarnación de espíritus del mal hasta que por fin fueron abatidos por el militar británico John H. Patterson . Su notoriedad fue tan grande que inspiraron tres películas de Hollywood -una de ellas protagonizada por Michael Douglas, «Los demonios de la noche» - y actualmente se muestran disecados en el Museo Field de Historia Natural de Chicago . Pero, ¿de verdad eran tan fieros? Un nueva y exhaustiva investigación científica ha sacado a la luz la verdadera historia de los dos depredadores, incluida cuál fue su auténtica dieta en ese tiempo, a cuántos hombres se comieron y cuál era su peculiar estrategia de caza.

Cazaban en pareja

Los depredadores, que eran machos, actuaban siempre en pareja y se escondían entre los altos matorrales para caer luego sobre sus víctimas como fantasmas salidos de las sombras. La compañía de Ferrocarril de Uganda registró la muerte entre sus garras de 28 trabajadores, pero el coronel e ingeniero Patterson, contratado para restablecer la seguridad en la zona, por verdadera convicción o por orgullo de cazador, elevó las víctimas a 135 entre extranjeros y pastores taita. Lo cierto es que los operarios estaban aterrorizados y se negaban a trabajar en esas condiciones . El militar logró matar a tiros a los leones después de muchas intentonas. El primero cayó el 9 de diciembre de 1898 y veinte días después su compañero corría la misma suerte. Los ataques cesaron de inmediato y nacía la leyenda.

El número de víctimas de estos dos leones ha sido siempre motivo de controversia. «Ha sido un rompecabezas histórico durante años» , indica Nathaniel J. Dominy , profesor de la Universidad de California , que ha logrado desentrañar el misterio junto a su equipo. «Es lógico que la compañía del ferrocarril tuviera razones para querer reducir el número de víctimas, y Patterson podría haber tenido motivos para inflarlo. Entonces, ¿en quién confiar?». Los investigadores analizaron muestras del pelo y los huesos de los dos leones proporcionadas por el Museo Field y compararon su composición con las mismas muestras de animales que pueden ser presa de los leones y con las del ser humano, incluidos restos de los antepasados taita. El estudio les llevó a sacar una sorprendente conclusión: Uno de los leones había devorado a once personas, mientras que el otro se zampó a 24. En total, 35, una cifra mucho más cercana a la que mantenía la empresa ferroviaria y que deja a Patterson como un fanfarrón.

Dieta de humanos

Los resultados, que se publican en la revista Proceedings , sugieren que durante los últimos meses de lo que Johan Patterson describe como «reino del terror», la mitad de la dieta de un león se componía de seres humanos y el resto estaba formado por animales herbívoros como gacelas e impalas. Sorprendentemente, el otro león estaba menos interesado en las personas. Sin embargo, y éste es un punto muy interesante del estudio, ambos animales trabajaban juntos para dispersar a sus víctimas, ya fueran seres humanos o rebaños. «La idea de que formaran equipo a pesar de sus distintas preferencias en la dieta es algo que nunca antes se había visto» , asegura Dominy.

La caza cooperativa es beneficiosa para los leones cuando acechan presas grandes como búfalos o cebras, pero los seres humanos son suficientemente pequeños para que los leones puedan actuar en solitario. En este caso, una serie de de condiciones pudieron haber alterado temporalmente el comportamiento de los leones, como la sequía o las enfermedades que agotan la disponibilidad de presas convencionales . Además, uno de los leones tenía una lesión en la mandíbula y graves problemas dentales , lo que probablemente había disminuido mucho su capacidad de cazar, así que se decantó por los débiles hombres, que, por otro lado, plagaban la zona.

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