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El PSPV promueve un estudio del «catalán» en Alicante y Murcia

La provincia de Alicante es un territorio poco abonado para las tesis pancatalanistas que determinadas entidades insisten una y otra vez en trasladar a la Comunidad. Sin embargo, son varios los alcaldes socialistas que ofrecen su apoyo a dichas entidades para desarrollar su actividad en la región.

Esta vez les ha tocado el turno a los ayuntamientos de Novelda y Guardamar, que colaboran en una iniciativa del Institut d´Estudis Catalans (IEC) para «conocer la situación de la lengua y la cultura» catalanas en la provincia de Alicante. Las jornadas, a cargo de la sección filológica de la citada entidad, se celebran entre hoy y mañana en los citados municipios.

El apoyo esta vez no es sólo ideológico, sino que ambos ayuntamientos colaboran económicamente en la iniciativa, según explica el propio instituto. Curiosamente, el Ayuntamiento de Jumilla, en Murcia, gobernado por el PSOE, se ha sumado también a la iniciativa.

«Jumella», como la ha rebautizado el Institut d´Estudis Catalans, colabora también en una iniciativa que pretende analizar «las hablas de los extremos meridionales del catalán», identificados con los municipios de Guardamar, en Alicante, y Carche, en Murcia -aunque próximo a la comarca del Alto Vinalopó alicantino-.

El Carche es un pequeño núcleo de población en el valle del mismo nombre, con 49 personas censadas según el INE, donde se habla un dialecto del valenciano que, obviamente, el citado instituto identifica como «catalán».

El Ayuntamiento de Guardamar, presidido por la socialista Marylene Albentosa -vicesecretaria provincial del PSOE de Alicante-, cederá mañana su salón de plenos para acoger tres conferencias sobre el uso del «catalán» en el municipio alicantino. Por su parte, el alcalde de Novelda, Mariano Beltrá, ha puesto a disposición del citado instituto el centro cultural Gómez-Tortosa. Antes, a puerta cerrada, se celebrará la reunión ordinaria del pleno de la sección filológica del instituto.

Controvertida exposición

La entidad protagonizó una fuerte controversia en 2008 con la exposición «Un siglo de cultura y ciencia en los Países Catalanes», financiada por el Ministerio de Cultura, que incluyó a la región en un mapa de los «Países» -una de las utopías pancatalanistas-.

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