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Obama llama en la ONU a una nueva era de cooperación mundial

El presidente de EE.UU., Barack Obama, se ha estrenado ante la Asamblea General de Naciones Unidas recordando a los líderes mundiales que su país está comprometido con una nueva era de cooperación en asuntos globales.

Obama ha pedido a la comunidad internacional una mayor implicación en los desafíos a los que se enfrenta el planeta, desde el cambio climático a las conversaciones de paz en Oriente Medio. "EE.UU. no puede estar solo en esto", ha insistido.

"Aquellos que solían criticar a Estados Unidos por actuar solo no pueden esperar ahora que resolvamos los problemas del mundo nosotros solos", ha dicho el presidente en su discurso ante los jefes de Estado y de Gobierno presentes en la Asamblea General de Naciones Unidas, en Nueva York. "Si somos honestos con nosotros mismos, debemos admitir que no podemos pasar por alto esa responsabilidad".

Obama ha pedido mayor cooperación entre las naciones en un momento en que su presidencia acumula una cargada agenda en política exterior, con asignaturas pendientes como las conversaciones de paz en Oriente Medio, las ambiciones nucleares de Irán y Corea del Norte y, sobre todo, la guerra en Afganistán. Para ganarla debe conseguir más ayuda de los socios de la OTAN.

El presidente estadounidense también repasó las acciones puestas en marcha para volver al multilateralismo, como la ley contra la tortura o el cierre de Guantánamo. "Hemos renovado nuestro compromiso con Naciones Unidas y hemos pagado nuestras facturas", apuntó, ante el aplauso de los presentes -incluido el libio Gadaf i-, en clara referencia a la anterior administración, que solía retrasar los pagos a la ONU con la excusa de pedir la reforma de la institución.

Nuevo tono, mismos problemas El tono, por tanto, ha cambiado. Obama apuesta por el multilateralismo, frente al unilateralismo por el que optó Bush cuando no le gustó lo que le decía la ONU. Pero incluso en estos vientos de cambio, la mayoría del discurso del presidente que hoy ocupa la Casa Blanca se centró en los temas de siempre: la ambición nuclear de Irán, el proceso de paz entre Israel y Palestina. Sus palabras han sido más conciliadoras, sí. Pero EE.UU. persigue similares objetivos en política exterior.

Frente a la atenta y desafiante mirada del mandatario iraní Mahmud Ahmadineyad, Obama -igual que Bush- ha vuelto a señalar con el dedo a Irán y Corea del Norte por sus ambiciones nucleares. “Con sus acciones hasta ahora, ambos gobiernos nos amenazan con llevarnos por esta peligrosa ladera. Respetamos sus derechos como miembros de la comunidad de naciones y estoy comprometido con la diplomacia que abre un nuevo camino hacia una mayor prosperidad y paz para ambas naciones si hacen frente a sus obligaciones“. Al final de su discurso todas las delegaciones han aplaudido al líder estadounidense. Todas excepto la iraní, cuyo presidente, Ahmadineyad, se ha acercado a hablar con Gadafi durante 10 minutos.

Gadafi denuncia la «dictadura» del Consejo de Seguridad

El presidente de EE.UU. se fue poco antes de que el libio Gadafi diera un largo discurso centrado en lo que él mismo llamó "la injusticia inherente a Naciones Unidas, que da a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad mucha más autoridad que al resto de los países que sólo están en la Asamblea General". Esto es una dictadura, no una democracia y, como tal, "es terrorismo en sí mismo”, dijo el coronel que acaba de celebrar sus 40 años en el poder.

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