Pixar y Hugo Chávez, dibujos animados
Mientras que el genio de Pixar y su monumental elogio al 3D eran honrados ayer con un León de Oro, Oliver Stone presentaba «South of the border», su documental sobre Hugo Chávez y el llamado movimiento bolivariano, que era también un elogio, pero al 1D. ... La visión en profundidad del 3D de Pixar y la visión uniforme y algo uniformada de Oliver Stone. El cine. Tal y como hizo hace seis años con Fidel Castro y Cuba, Stone se planta con su cámara amiga ante Hugo Chávez, al que escucha boquiabierto y con el que pasea entre la devoción entregada de su pueblo. Entre Chávez y Stone nos cuentan la llegada al poder, su notable fortaleza de espíritu ante aquel raro golpe de Estado del que salió no sólo inmune sino fortalecido, y su gran preocupación por la libertad y los derechos en su país. Y no hay nadie, ni cerca ni lejos, que diga otra cosa distinta.
El documental se pasea también por los predios del boliviano Evo Morales, el paraguayo Fernando Lugo, el ecuatoriano Rafael Correa, el brasileño Lula, los Kirchner argentinos, Néstor y Cristina, y Raúl Castro y la sombra de su hermano... A todos ellos les escucha Oliver Stone, se retrata (en todos los sentidos del término) y hasta juega al fútbol o intercambia cromos y recuerdos.
En ningun momento el contraplano del documental, o sea, el propio Oliver Stone, se plantea la posibilidad de cuestionar ni por arriba ni por abajo las impresiones de sus entrevistados, porque «South of the border» no pretende cuestionar ni el liderazgo ni la actuación de estos hombres al frente de sus respectivos países, sino que lo que realmente cuestiona Stone es la política de los Estados Unidos allí (en realidad, en el mundo entero) y anuncia, mediante las oportunas imágenes del actual presidente estadounidense, Barack Obama, el radical cambio en el modo de relacionarse con esos presidentes, tachados algunos de ellos por los medios de comunicación de dictadores, golpistas y populistas de un modo totalmente injusto, y así nos lo muestra Stone.
Porque, tal y como se dice desde el interior del documental, los medios de comunicación, ya se sabe... La película de Stone dura apenas 75 minutos, por eso no le da tiempo al cineasta a tratar precisamente qué se sabe de los medios de comunicación en Venezuela o a dar la voz a alguien de la oposición a Chávez o a los Castro.
La impresión que se saca tras ver «South of the border» es que Hugo Chávez es un tío animado, que le habla a cada una de las personas de la masa y que tiene un tirón popular enorme, o sea, exactamente igual que las películas de Pixar.
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