Hazte premium Hazte premium

Adaptarse al cambio climático costará tres veces más de lo previsto

Adaptarse al cambio climático costará tres veces más de lo previsto

Un grupo de científicos liderados por el profesor Martin Parry, que fue director del grupo de trabajo sobre impactos, vulnerabilidad y adaptación del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) entre 2002 y 2008, advirtió ayer de que las negociaciones en el marco de Naciones Unidas para luchar contra el cambio climático se asientan sobre una base errónea o, por lo menos, no toman en cuenta los verdaderos costes que conllevará adaptarse a los impactos del cambio climático.

El coste real de la adaptación a los impactos que el calentamiento global va a tener sobre nuestros recursos y, en definitiva, sobre nuestra forma de vida, será probablemente dos o tres veces mayor que el estimado por la Convención de la ONU del Cambio Climático. El estudio, publicado por el Instituto Internacional para el Medio Ambiente y el Desarrollo y el Instituto Grantham para el Cambio Climático del Imperial College de Londres, afirma además que los costes aún serán mayores si se tiene en cuenta el amplio abanico de impactos sobre las actividades humanas.

Naciones Unidas ha estimado el coste global para adaptarse a los efectos del cambio climático entre 40.000 y 170.000 millones de dólares anuales, lo que equivale a organizar tres Juegos Olímpicos en un año. Pero los autores del estudio consideran que estas estimaciones no incluyen a algunos sectores clave como la energía, la minería, el turismo y los ecosistemas.

A sólo cien días para que se celebre la Cumbre de Copenhague, de la que debe salir el régimen futuro de reducción de emisiones, el informe advierte que esta infravaloración de los costes «amenaza con debilitar el resultado de esas negociaciones».

Financiación, pieza clave

La financiación es sin duda la pieza clave de las negociaciones. Si no hay dinero para la adaptación, los países en desarrollo, con China (el mayor contaminador del planeta) e India a la cabeza, no aceptarán no ya reducir sus emisiones, sino ni siquiera frenar su aumento. Así lo advirtieron los países del G77+China en el plenario final de la Cumbre de Poznan, cuando aún quedaban 349 días en la cuenta atrás hacia la cita de Copenhague.

En esa cita de diciembre del año pasado se aprobó «in extremis» el llamado fondo de adaptación, que debe proporcionar dinero a estos países para que puedan hacer frente a las amenazas -algunas ya certeras- del cambio climático. Sin embargo, su radio de acción muy limitado.

Este fondo se nutre de un 2% de las transacciones de reducciones certificadas de emisiones que generan las inversiones en Mecanismos de Desarrollo Limpio (cuando un país desarrollado invierte en otro en desarrollo con un proyecto limpio, y se descuenta la contaminación que evita de su cuenta de emisiones).

Pero esto es considerado calderilla por los países en desarrollo, que reclaman que el fondo de adaptación se extienda también a las transacciones de reducción de emisiones procedentes del mercado de emisiones y de los proyectos de aplicación conjunta (proyectos limpios en países del Este). Esto tendrá que verse dentro de cien días en la Cumbre de Copenhague.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación