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Interior busca en suelo francés la «fábrica» de las nuevas bombas de ETA

Se estrecha el cerco sobre Elgorriaga y Gogeaskoetxea, los ingenieros de ETA _ Disponen de un laboratorio en el que se diseñaron las bombas de última generación

Interior busca en suelo francés la «fábrica» de las nuevas bombas de ETA

Tras el desmantelamiento de una considerable parte del arsenal de ETA, la colaboración hispanofrancesa se plantea como uno de sus objetivos prioritarios la detención de los «ingenieros» que desde algún «laboratorio» clandestino del vecino país vienen diseñando los artefactos de última generación, con mecanismos cada vez más sofisticados. Los expertos antiterroristas ponen nombre a la reencarnación de Mengele, a la versión «abertzale» de «doctor muerte»: Tomás Elgorriaga Curce, «Teo»; Eneko Gogeaskoetxea Arronategi, y al jefe de ambos, Juan Cruz Maiztegi Bengoa, «Pastor».

Gogeaskoetxea, de 41 años, es experto en informática. Huyó a Francia en 1997 tras fracasar en su intento de colocar un artefacto en el Museo Guggenheim durante su inauguración, presidida por Su Majestad el Rey. Él y sus compinches asesinaron al ertzaina que les sorprendió cuando preparaban la acción criminal, dándose después a la fuga.

A partir de 2001 se le situó en el «subaparato logístico», dentro del equipo encargado de diseñar las bombas de última generación con el objetivo de hacerlas más letales, efectivas y, también, más seguras para los terroristas que debían colocarlas. La duda que tienen ahora los expertos antiterroristas radica en si las sucesivas caídas de máximos cabecillas han aupado a Gogeaskoetxea y a Maiztegi a lo más alto de la dirección, junto a José Luis Eziolaza Galán, «Dienteputo», aunque en ese caso, el carácter prioritario de su captura no haría sino aumentar.

Para cuando Eneko se puso la bata de «doctor muerte», ya se encontraba al mando del siniestro laboratorio Tomás Elgorriaga Curce, un ingeniero experto en telecomunicaciones, obsesionado en convertir las bombas en auténticas trampas para «cazar» a un mayor número de personas. Tiene la patente de manipular móviles para activar artefactos. Una modalidad que la banda estrenó en el atentado frustrado contra la plana mayor del PP del País Vasco en el cementerio de Zarauz. Diseñó también un plan para camuflar bombas en los reposacabezas de los coches o en jardineras. Se les atribuye, además, los planes para reforzar los explosivos con materiales como el hexógeno, a fin de dotarles de una mayor capacidad mortífera, como ocurrió en la salvajada de la T-4. Las Fuerzas de Seguridad sospechan que junto a los «mengeles» de ETA trabaja María Jesús Elorza Zubizarreta, «Itxaso», experta en química. Todos ellos estarían a las órdenes de Maiztegi Bengoa, un experto en «zulos».

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