Ha transcurrido menos de una semana desde que el Gobierno aprobara - el pasado jueves- su medida estrella de ayuda a los parados,
y el presidente del Ejecutivo ya reconoce la posibilidad de rectificar ante las fuertes críticas recibidas.
Y es que aunque han pasado más de ocho meses desde que Rodríguez Zapatero anunciara por primera vez su intención de ampliar la cobertura del subsidio por desempleo, la puesta en marcha de la medida ha generado muchas dudas sobre quiénes pueden acogerse o no a la ayuda, y las críticas sobre la improvisación y la falta de equidad de la ayuda se multiplican.
Ante el revuelo generado, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, avanzó ayer en Lanzarote que el Ejecutivo se reunirá con los sindicatos para hacer balance de los primeros días de tramitación de la ayuda de 420 euros y valorar «si los términos son adecuados». En este sentido, dejó abierta la puerta a una modificación de la fecha de inicio de este subsidio: «Si hay que hacer alguna modificación, la haremos». Añadió que «con la evaluación y el rigor que exige, estamos dispuestos, dialogando con los sindicatos, a hacer más eficaz la medida y la prestación,desde el punto de vista social, y que abarque al número de personas que lo puedan necesitar», informa Ep.
En rueda de prensa durante su estancia en Lanzarote, Zapatero salía así al paso de las críticas vertidas por el hecho de que la nueva ayuda a los parados solo vaya a beneficiar a aquellos que cumplan los requisitos necesarios a partir del 1 de agosto, y no a todos los que ya los cumplen. Según dijo, «siempre surge la duda sobre dónde se pone el inicio de la prestación», pues se «plantea el problema de por qué antes y por qué después», a lo que añadió que el Gobierno pensó que «una posición razonable era el momento de la aprobación». Además, recordó que para situaciones de falta de ingresos existen las rentas de inserción que gestionan las autonomías.
Con todo, Zapatero volvió a insistir en que «hay que buscar un punto de convergencia social sobre la fecha» y que «el Gobierno tiene siempre la disponibilidad para evaluar y en su caso hacer una modificación de las características (de la ayuda)», por lo que está «dispuesto a contemplar todos los supuestos».
Gran esfuerzo económico
El presidente recalcó, en todo caso, que la ayuda aprobada supone un «gran esfuerzo económico para las arcas del Estado» (642 millones de euros), aunque matizó que la medida «es nueva y nadie puede determinar el número de beneficiarios». Estas declaraciones no dejan de ser contradictorias, ya que si el Gobierno no tuviera un cálculo de cuántos parados podrían acogerse a la medida difícilmente se podría avanzar el coste de la misma. De hecho, el Ejecutivo cifró el pasado jueves el número de beneficiarios en 340.00 personas.
El presidente pidió prudencia antes de hacer «una evaluación definitiva del resultado» de la ayuda. y mandó un claro mensaje al PP: «Lo que me parece insólito es que aquellos que no han propuesto nada para los desempleados y quieren recortar subsidios pongan el grito en el cielo».
Rodríguez Zapatero avanzó que el próximo 26 de agosto habrá una reunión con las comunidades para coordinar la puesta en marcha de la ayuda.

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