Aparicio expresa el sentir de una ciudad «dolorida» por los atentados

31/07/2009 a las 09:34h.

Con el recuerdo aún muy vivo del atentado contra la casa cuartel de Burgos perpetrado por ETA el miércoles, ayer Castilla y León volvió a recibir otro golpe de la banda terrorista, esta vez con víctimas mortales. Carlos Sáenz de Tejada, un joven guardia civil natural de Burgos, fue uno de los dos agentes asesinados en la localidad mallorquina de Calvià.

El doble asesinato volvió a unir la voz en contra de ETA. Por segunda vez en dos días, el alcalde de Burgos, Juan Carlos Aparicio, condenó el terrorismo y manifestó el sentimiento de una ciudad «dolorida» por el atentado que el miércoles «buscaba una masacre» y que sigue «dolorida por la pérdida de un paisano, un hombre que se dedicaba a hacer el bien». Aparicio, que reconoció su «amistad» con la familia del fallecido, «muy arraigada» en la ciudad, deseó «éxito» para que los terroristas «sean lo antes posible detenidos» y pidió «que las fuerzas democráticas seamos capaces de mantener la unidad, tener un rumbo claro y firme, y que caiga sobre ellos todo el peso de la ley».

El Ayuntamiento de Burgos celebrará hoy una Junta especial de Portavoces para condenar el atentado y someterá a consideración la adopción de acuerdos de «reconocimiento y distinción» para el joven agente, dedicándole una calle o glorieta para evitar que «se pierda el recuerdo de los mejores que se nos han ido, por culpa de los peores».

Después, se celebrará una concentración y por la tarde se concentrará de el Foro Burgalés de Apoyo a las Víctimas de Terrorismo. Está previsto que lea un comunicado José Antonio Ortega Lara.

La Junta, que reclamó la unidad de todos para acabar con estos hechos, también expresó su «más enérgica repulsa por esta vil acción criminal» y afirmó que con «este nuevo crimen», los terroristas han hecho «lo único que saben: sembrar la destrucción y el dolor». Resaltó que el atentado de Burgos y «que una de las dos víctimas sea un paisano de esta tierra hacen que el Gobierno de Castilla y León se sienta hoy más cerca, si cabe, de todas las víctimas del terrorismo».

El delegado del Gobierno en Castilla y León, Miguel Alejo, que calificó a los miembros de ETA como «asesinos enloquecidos», también se sumó a las condolencias y reclamó la necesidad permanecer «firmes» y «unidos» hasta que «esto termine».