Doce Tours españoles en medio siglo

Bahamontes, hace justo 50 años, fue el primero. Le siguieron Ocaña (1973), Delgado (1988), los cinco de Induráin (1991-95), Pereiro (2006), Sastre (2008) y Contador (2007 y 2009). En esta segunda mitad de la Grande Boucle, sólo Francia supera al pelotón español: dieciséis, cuatro más que España. Detrás viene Estados Unidos, con diez: las tres de Lemond y las siete de Armstrong. Números, al fin y al cabo. El ciclismo también pedalea sobre rachas. Y tras la «era Armstrong», toca el domino del ciclismo español: sus sucesores son Pereiro, Sastre y, por dos veces, Contador.

Bahamontes aprovechó la guerra civil que mantenían entre sí los franceses, para birlarles el Tour de 1959. España tenía por fin un ídolo mundial. El segundo fue Ocaña, que arrodilló a Merckx en 1971. Aunque no fue ese Tour el suyo, sino el de dos años después, cuando ahogó a Fuente en el Galibier. Campeón trágico: vivió veloz. Sin freno. Perdió un ojo en uno de los 36 coches que su velocidad destrozó. Corrió incluso más que el cáncer que le perseguía: con 48 años agarró un pistola y todo acabó.

El siguiente campeón es Pedro Delgado. Otro tipo genial. Capaz en 1988 de coger el maillot amarillo en Alpe d´Huez y llegar así a París. Y de salir el último por un despiste en el Tour siguiente. Su antítesis fue Induráin. Nacido el 19 de julio de 1991. El Tour le descubrió en aquella cascada del Tourmalet. Chiapucci le vio. Hacia abajo y hacia arriba. Le acompañó hasta Val Louron: el italiano ganó la etapa y el navarro empezó a sumar sus cinco Tours.

Y llegó Armsrtrong con sus siete Tours seguidos. Tras ese eclipse, los otros españoles. Pereiro, el pimero. El triunfador de las mil carambolas. El Tour 2006 fue su cima. Dio paso a Contador en 2007 y a Sastre en 2008. La historia continúa. Y tiene de nombre Alberto.