«Sin Dios el hombre no sabe dónde ir ni tampoco logra saber quién es»
«El desarrollo necesita cristianos con los brazos levantados hacia Dios en oración, cristianos conscientes de que el amor lleno de verdad, "caritas in veritate" del que procede el auténtico desarrollo, no es resultado de nuestro esfuerzo sino de un don», afirma Benedicto XVI en la conclusión de su encíclica. El Pontífice resalta que «sin Dios el hombre no sabe dónde ir ni tampoco logra saber quién es». Y resalta: «Ante los grandes problemas del desarrollo de los pueblos, que nos impulsan casi al desasosiego y al abatimiento, viene en nuestro auxilio la palabra de Jesucristo: «Sin mí no podéis hacer nada»». El Papa refiere que «la disponibilidad para con Dios provoca la disponibilidad para con los hermanos y una vida entendida como una tarea solidaria y gozosa». Habla de que «el humanismo que excluye a Dios es un humanismo inhumano» y encierra «el riesgo de quedar apresados por las modas».
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