El Gobierno pide al general Sanz que haga un «profundo» cambio en el CNI
El Gobierno ha encargado al nuevo director general del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), general Félix Sanz Roldán, una «profunda» remodelación del servicio secreto tras la marcha de Alberto Saiz. Según aseguran fuentes socialistas a ABC, se trata de que Sanz ataje el «problema interno» ... al que aludió de forma eufemística el dimitido Saiz tras su comparecencia ante la Comisión de Secretos Oficiales, el 20 de mayo, cuando salieron a la luz las primeras informaciones contra su persona, y que le llevaron a pedir hace sólo unos días la destitución de medio centenar de agentes del Centro, a lo que no accedió el Ejecutivo.
«Esto es una cuestión de adhesión al proyecto -dijo entonces Saiz-. Insisto, no todo el personal del centro está dispuesto a trabajar con ahínco y con esmero en sus cosas. Esto es un tema que, por un sistema de decantación natural, finalmente se va a cayendo, solventando». Mes y medio después, ya sin Saiz, el Ejecutivo asume que sigue teniendo el mismo problema: cargos o agentes del CNI descontrolados que, igual que han hecho caer a Saiz, pueden en el futuro utilizar otras informaciones con fines parecidos.
«Cirugía fina»
En cierta medida, el propio general Sanz Roldán ha venido en las últimas horas a confirmar el encargo del presidente del Gobierno al declarar que va a tener que hacer «cirugía fina». Eso implica que tendrá que hacer una remodelación a fondo entre los cargos claves del CNI y buscar personas de su absoluta confianza para que no se vuelvan a producir las distorsiones de los últimos meses, que han llegado a afectar a la operatividad del Centro.
Y es que el militar es muy consciente de que recoge un servicio secreto fuertemente dividido y ayer, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta primera quiso apoyar esa remodelación al señalar que el nuevo responsable de los servicios de inteligencia «tomará las decisiones que considere más oportunas para que el CNI siga funcionando con total normalidad».
María Teresa Fernández de la Vega explicó que Alberto Saiz no podía continuar en el cargo de director general porque tras el clima de opinión que se había creado sobre el uso para disfrute privado de medios del CNI, «no era responsable y no era bueno para nadie» que el trabajo del Centro estuviese permanentemente en cuestión.
De la Vega no quiso referirse al llamativo hecho de que Saiz anunciara su dimisión cuando su superiora jerárquica, la ministra de Defensa, se encontraba en Washington. La vicepresidenta señaló que Carme Chacón supo la decisión «antes» de que se hiciera pública, sin precisar más detalles del momento exacto que eso se produjo ni de si fue directamente informada por el ex director del Centro o bien a través de Presidencia del Gobierno.
La vicepresidenta del Ejecutivo considera que no era «responsable» mantener por más tiempo la delicada situación
Señaló que Carme Chacón supo la decisión «antes» de que se hiciera pública, sin precisar más detalles
Se da la circunstancia de que De la Vega fue la gran valedora de que Saiz fuera ratificado en el cargo el 24 de abril en contra de algunas opiniones, como la de la propia Chacón o el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que espera del sucesor de Saiz simplemente que sea «competente». Ayer, la vicepresidenta primera resaltó que el Ejecutivo siempre elige a «los mejores» para desempeñar tareas en beneficio de los ciudadanos. Ahora ha sido Saiz el que «ha entendido» que debía irse y el Gobierno le apoya.
De la Vega quitó además importancia al hecho de que el nuevo responsable de los servicios de inteligencia sea militar, porque «es un debate, a nuestro entender, que ya ha sido superado y no afecta para nada a las funciones del CNI». Añadió en este mismo sentido que lo que en realidad importa es que es una persona que «a lo largo de su ya dilatada carrera profesional ha demostrado su eficacia y su lealtad al servicio de España y los españoles. Esto es claramente indiscutible y es lo más relevante».
«Esperanza y alivio»
Mientras tanto, en el CNI se ha recibido con «esperanza y alivio» la llegada de Sanz Roldán, tanto por ser un hombre muy próximo al presidente del Gobierno y a la ministra de Defensa, sino también porque supone dar fin a una de las etapas más convulsas en los servicios secretos desde los episodios ocurridos durante el mandato del también general Emilio Alonso Manglano. Se valora igualmente que se trate de un militar con buenos contactos internacionales producto de su dilatada carrera y buen conocedor de todos los aspectos relacionados con la seguridad.
Una de las mayores preocupaciones que hay en estos momentos es el deterioro de la imagen que ha sufrido el Centro en los últimos meses, lo que sin duda no favorece la relación con el resto de servicios de inteligencia amigos, que se basan en la confianza. Recomponer esta situación será sin duda una de las prioridades del general Sanz Roldán, que sin duda se valdrá de la experiencia adquirida a lo largo de su carrera.
Mientras, el líder de la oposición, Mariano Rajoy, volvió a referirse ayer a la situación del CNI y se lamentó de que «no es normal que un servicio de inteligencia sea noticia todos los días», primero porque le dimite la cúpula antiterrorista, y luego porque se querían cesar a 60 agentes más.
Por su parte, según informa Efe, el secretario general del Grupo Socialista en el Congreso, Eduardo Madina, atribuyó a la ausencia de un «clima de confianza, de acuerdo, de negociación y de pacto» con el PP el hecho de que no se le consultara el nombramiento.
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