La banda quiere salir de su aislamiento internacional, mayor tras el abandono de sus «aliados» surafricanos
ETA usa a Sastre como gancho para captar intelectuales que actúen de mediadores
En busca de otro proceso
ETA-Batasuna busca en la «operación Sastre» la forma de allanar la «hoja de ruta» que conduzca a un nuevo proceso de negociación

Mediadores de la anterior negociación han transmitido al gobierno de Zapatero que no cuenten con ellos para futuras aventuras de este tipo

El dramaturgo mantiene estrechas relaciones con intelectuales de la izquierda de Francia, Reino Unido, Bélgica e Italia
Actualizado Lunes, 29-06-09 a las 14:10
ETA-Batasuna quiere ahora utilizar al dramaturgo Alfonso Sastre —cabeza de la candidatura avalada por el Tribunal Constitucional en la pasadas elecciones europeas— como «banderín de enganche» para acumular apoyos entre intelectuales de izquierdas, tanto de España como del ámbito internacional, con la pretensión de que fuercen al Gobierno a abrir un nuevo «proceso de paz» encaminado a conseguir la independencia del País Vasco.
Colocándole a la cabeza de la candidatura de «Iniciativa Batasuna» en las recientes elecciones europeas, la banda terrorista instrumentalizó a Alfonso Sastre como «banderín de enganche» para recabar «votos abertzales» en el País Vasco y Navarra, y de sectores de extrema izquierda y de grupos anti sistema en el resto de España, donde el escritor tiene predicamento. Visto el relativo éxito —«Iniciativa Batasuna» obtuvo 138.266 votos, cifra sensiblemente superior a los 100.000 votos nulos que la «izquierda abertzale» se apropió en las autonómicas vascas— ETA-Batasuna quiere repetir ahora «operación-Sastre» para allanar la «hoja de ruta» que conduzca a la enésima negociación.
Lo cierto es que, según subrayan expertos en la lucha antiterrorista consultados por ABC, la banda compagina actualmente los atentados con un discurso alusivo a la necesidad de abrir un nuevo «proceso de paz», como único medio para la «superación del conflicto político-armado» existente en el País Vasco y Navarra.
Táctica de libro
La estrategia es de manual: Primero, con los votos obtenidos por «Iniciativa Batasuna», ETA alardea de que la «izquierda abertzale», pese a la política de ilegalizaciones, sigue más viva que nunca y debe tener protagonismo en cualquier «proceso de paz» e incluso está llamada a liderar el «polo independentista» que negocie con el Gobierno. Segundo, los terroristas cometen atentados, como el que acabó con la vida del inspector de Policía Eduardo Puelles, para recordar que el «conflicto» sigue abierto «en toda su crudeza». Tercero, la única manera de superar el citado «conflicto» vendrá a través de una negociación política, y negarse a solucionarlo por esta vía no hace sino «prolongar el sufrimiento».
Y es en este tercer frente donde ETA asigna en la actual coyuntura un papel estelar a Alfonso Sastre, considerado poralguno «el mejor dramaturgo en lengua española», pese a haber renegado de su nacionalidad hace ya muchos años. En este contexto se enmarca la carta que publicó recientemente en «Gara», en la que aseguraba que «aquí hay un serio conflicto político que sólo podrá resolverse en términos políticos». En la misiva, se dirige expresamente al PSOE para interrogarle: «¿Es verdad, en fin, que ustedes no se han dado cuenta todavía de que la solución de este conflicto, que tantos dolores acarrea, está en la posibilidad de una negociación?» Hecha la pregunta, Alfonso Sastre lanzaba la amenaza al apuntar que en caso de rechazar la negociación política «nos esperarían y amenazarían tiempos de mucho dolor en lugar de la paz».
La instrumentalización de Alfonso Sastre como «banderín de enganche» se produce en un contexto en el que ETA-Batasuna está más aislada internacionalmente que nunca. Quienes durante el «proceso de paz» actuaron como observadores o mediadores internacionales a petición de «Josu Ternera» salieron escarmentados, conscientes de que habían confiado excesivamente en la supuesta voluntad negociadora de la banda criminal que, sin embargo, no les tuvo en cuenta a la hora de dinamitar de manera unilateral la tregua.
Mediadores
Los últimos, hasta el momento, que han abandonado a ETA-Batasuna han sido los mediadores internacionales de Suráfrica, con quienes Joseba Álvarez y otros miembros del «equipo negociador» de Batasuna se reunieron durante el «proceso de paz», e incluso después. Los etarras se han mirado en los últimos años en el espejo del país de Mandela para equiparar su ilegalización con el «aparheid».
Estos mediadores ya han hecho llegar a la banda que no cuenten con ellos para próximas aventuras, y así se lo han transmitido al Ejecutivo de Rodríguez Zapatero, convencidos de que la ETA de los «terneras», «txerokis» o «dienteputos» no quiere sino perpetuarse en el terror y sólo desde la fuerza de la pistolas y el amonitol imponer la independencia del País Vasco. Antes ya desertaron la mayoría de los observadores europeos, incluidos los que llegaron a formar en la Cámara de Estrasburgo un «lobby» a favor del «proceso de paz».
Según las fuentes consultadas por ABC, la banda terrorista quiere ahora romper su aislamiento internacional a través de Alfonso Sastre. Además de la «estela electoral» que ha dejado tras sí, pese a no haber salido elegido eurodiputado, el dramaturgo mantiene desde hace años estrechas relaciones con intelectuales de izquierdas de distintos países de Europa, especialmente de Francia, Inglaterra, Bélgica e Italia. Los medios consultados están convencidos de que, aprovechando su irrupción en la campaña para las elecciones europeas, gracias al aval del Constitucional, Alfonso Sastre va a seguir prodigándose en artículos e intervenciones a favor de la negociación —«paz por independencia»— entre el Gobierno y ETA. Y lo hará no a través de textos políticos en su pura expresión, sino en clave intelectual, maquillados con la apariencia de ensayos, como quien analiza el «conflicto» como observador neutral, fuera de las disputas partidistas. Para el día a día ya están Otegi, Usabiaga y compañía.
Las críticas que pueda recibir así como los amagos de denuncias o querellas serán utilizados por ETA-Batasuna para reforzar la imagen de un Alfonso Sastre perseguido por la «política represiva del estado español», con la pretensión de captar más adeptos entre la extrema izquierda, tanto de España, como de terceros países.

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