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Investigan un agujero de 118 millones en los Juegos Olímpicos de Londres

El presunto fraude puede retrasar, o incluso paralizar, algunas de las obras de infraestructura en el parque olímpico de Stratford, que debe estar listo para 2012

Investigan un agujero de 118 millones en los Juegos Olímpicos de Londres

La Agencia de Desarrollo de los Juegos Olímpicos de 2012, unidad económica y de negocios dependiente del Ayuntamiento de Londres, está en la picota. La auditora suiza KPMG está investigando por presunto fraude a este organismo encargado de la preparación de los Juegos tras descubrirse en sus cuentas un agujero de 100 millones de libras (casi 118 millones de euros).

La sorpresa saltó en una auditoría rutinaria, y por el momento afecta directamente a dos importantes «piezas» del organismo público que prepara las infraestructuras para la cita olímpica. Ambos funcionarios han sido suspendidos de sus puestos. La investigación gira en torno a una unidad de la Agencia, la Dirección del Legado Olímpico (DLO), dirigida por Gareth Blacker, que tiene entre sus competencias la adquisición de terrenos para la construcción del Parque Olímpico en Stratford, en el este de Londres. Los funcionarios suspendidos «por tiempo indefinido» son el propio Blacker y su contable.

Según publicaba ayer el diario «The Times», la auditora KPMG halló una serie de anomalías en el proceso de reubicación de las empresas que fueron forzadas a abandonar sus terrenos para permitir la construcción de las instalaciones olímpicas. Según los datos de la auditoría, la DLO no había reservado entre 70 y 118 millones de euros para indemnizar a las 193 pequeñas y medianas empresas que debían abandonar los terrenos. Los contratos suscritos estipulaban una indemnización de un millón de libras por acre, pero cuatro años después todavía quedan pendientes de pago 72 reclamaciones y el dinero, al parecer, se ha evaporado. La Agencia ya invirtió 883 millones de euros en acondicionar estos terrenos que, según «The Times», registraban una alta contaminación industrial.

Auditoría rutinaria

La auditoría «rutinaria» por la que se descubrió el millonario agujero fue ordenada en marzo por el alcalde de Londres, el conservador Boris Johnson. No es que el escándalo le pueda estallar en la cara, pero el alcalde es ahora consciente de que ese agujero de 118 millones puede retrasar o incluso provocar la paralización de algunas de las obras de infraestructura previstas.

Pese a haber acertado al ordenar la revisión de cuentas, la investigación en curso no es el tipo de noticia que vaya a levantar la reputación del alcalde Johnson, que ha pasado unos atribulados 13 meses de gobierno desde que asumiera su cargo, en mayo del pasado año. Esta misma semana, su vicealcalde, Ian Clement, se ha visto forzado a renunciar por una batería de acusaciones por presuntos abusos en el reingreso de sus gastos. Hace quince días había sido advertido por utilizar su tarjeta de crédito «oficial» en el pago de cenas en restaurantes de lujo, y en la compra de un equipo de música de 600 euros para su coche.

Y no ha sido el único en caer. En los últimos 12 meses, Johnson había perdido ya a otros dos vicealcaldes: Tim Parker, por diferencias sobre la política de transportes, sólo un mes después de asumir el puesto; y Ray Lewis, por acusaciones de corrupción.

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