Broadway se instala en la Casa de Campo
La producción de «West Side Story» presentada en julio de 2000 en la Scala de Milán (protagonizada, entre otros, por Montserrat Martí, la hija de Montserrat Caballé) es el origen del montaje de la obra maestra de Leonard Bernstein que llegará mañana a Madrid, para ... inaugurar los Veranos de la Villa. La producción lleva de gira, de manera intermitente y con cambios en el reparto, desde el año 2003. Sus responsables son Donald Chan (director musical) y Joey McKneely (director y coreógrafo), que ya montaron el musical -uno de los grandes títulos del género- en la Scala. Su intención es recrear lo más fielmente posible la producción original, aunque, según ha contado McKneely a ABC, «se han modificado la escenografía, el vestuario las luces y el estilo interpretativo para hacer olvidar la imagen estereotipada del montaje de 1957».
«West Side Story» es probablemente la obra más popular de Leonard Bernstein; estrenada en Nueva York en septiembre de 1957, con dirección y coreografía de Jerome Robbins, estuvo durante casi dos años en cartel; la versión cinematográfica dirigida por Robert Wise y el propio Robbins multiplicó la popularidad del musical. En él, la coreografía posee un especial protagonismo y se convierte -así lo explicaban ayer dos de los protagonistas de la producción actual, Emmanuel de Jesús Silva y Chad Hilligus- en un vehículo de expresión del drama. «La danza es uno de los principales elementos que hay en este musical para contar la historia», añade McKneely.
Joey McKneely lleva varios años vinculado a «West Side Story» desde que, en 1989, trabajara con el coreógrafo en el espectáculo «Jerome Robbins´ Broadway». Además de dirigir la producción que se presenta en Madrid, ha recreado la coreografía original en un montaje que se estrenó hace unas semanas en Broadway, y conoce bien el personal estilo de Jerome Robbins.. «Desde los primeros ensayos con él -ha contado- vi cómo sus coreografías siempre se ajustaban a la situación y a los personajes. Aprendí cómo la simplicidad del movimiento puede expresar más que las palabras».
Más de medio siglo después de su estreno, «West Side Story» mantiene su interés intacto. No sólo por el atractivo de su música y de su historia de amor -es, en realidad, una traslación del «Romeo y Julieta» al Nueva York interracial de los años cincuenta-, sino también por su trasfondo. «El odio racial sigue presente en nuestra sociedad -dice McNeely-; puede que ya no haya peleas entre puertorriqueños y estadounidenses, pero todavía encontramos esas diferencias en casi todo el mundo».
«West Side Story» llega a Madrid después de pasar por ciudades como Londres (Sadler´s Wells) o París (Chatelet), y antes de seguir gira por Japón, Israel, Holanda, Bélgica, Suiza y Alemania. A finales de agosto estará nuevamente en España, concretamente en Santander y Gijón. Ni el director musical, Donald Chan, ni el director de los Veranos de la Villa, Manuel Gutiérrez, quisieron en la presentación hablar de dinero. Chan aseguró que no lo tenía permitido, y Gutiérrez dijo que era un montaje «costoso», y dijo que se esperaba recaudar con él 350.000 euros.
Más de un centenar de personas participan en la producción, que cuenta con una orquesta de veintiséis músicos (la mayoría procedente de la Orquesta Sinfónica de Lituania, reforzada por instrumentistas estadounidenses). Ali Ewoldt y Kendall Kelly se turnarán para interpretar a María, la joven puertorriqueña que se enamora de Tony, a quien dan vida Chad Hilligus y Scott Sussman. Emmanuel de Jesús Silva es Bernardo, el hermano de María, y Oneika Philips encarna a Anita. Riff, al líder de los Jet, Riff, lo encarna Michael Jablonski.
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