Zarzuela: se hace justicia
SI la semana pasada saludaba desde estas mismas páginas un espectacular recital de zarzuela en el Liceu, esta vez tengo que seguir hablando del género castizo, que comienza a vivir un nuevo romance con la ciudad condal. Se ha hecho justicia.
Barcelona fue hasta mediados ... del siglo pasado un lugar que cobijó el teatro lírico español en todas sus vertientes, y percepciones políticas mal entendidas se encargaron de cubrir este género ligero -que también tiene ejemplos profundos y con carácter de auténtica obra maestra- de un capa de caspa y de tufillo decadente. Ver que el Festival Castell de Peralada o el Festival Grec hacen suya la zarzuela es un hecho que alegra porque abre la puerta a proyectos interesantes. La zarzuela, al ser genuinamente español, da trabajo a muchos compatriotas, y no solamente al interior de nuestras fronteras, sino también en todo el mundo, porque hay afición en toda Hispanoamérica: compañías de aficionados la adoran y la cuidan como pueden y según sus posibilidades, mientras los profesionales la envuelven de dignidad y, lo más importante, de un adecuado nivel musical y teatral.
Anoche se presentaba en la Fábrica Llobet i Guri de Calella «La Legió d´Honor», de Martínez Valls, dirigida por el activo músico y gestor artístico Ricardo Estrada a cargo de la Orquestra de Cambra de Barcelona y del Cor Harmonia Calellenc, la entidad organizadora, con dirección de escena de Armin Heinemann.
El Grec convocará a Lluís Pasqual para montar en el Teatre Lliure un programa doble de Fernández Caballero en coproducción con el Teatro Arriaga de Bilbao e integrado por las zarzuelas «La Viejecita» y «Chateau Margaux», con Miquel Ortega en el podio y ante la Bilbao Philarmonía (del 12 al 14 de julio). Antes (5-VII), y siempre en el marco del evento barcelonés pero esta vez en el anfiteatro al aire libre, se ofrecerá un concierto con romanzas y dúos de zarzuela con dos excelentes solistas vocales, la soprano Marta Mathéu y el tenor Salvador Carbó, acompañados de la Banda Municipal de Barcelona y bajo la dirección de Salvador Brotons.
En este breve recorrido zarzuelístico catalán no podía faltar una de las citas fundamentales del verano, la obra maestra de Ruperto Chapí «El rey que rabió» que recalará en el Festival de Peralada (25-VII) en la aplaudida producción de Emilio Sagi para el Palau de les Arts Reina Sofía.
La zarzuela vuelve a estar de moda. Ya era hora.
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