Viernes, 05-06-09
E. R. MARCHANTE
Puesto que el azar siempre ofrece lo que nadie espera, no ha de considerarse casualidad el hecho de que, de repente, surjan películas y series de televisión sobre el personaje de Coco Chanel. El reciente Festival de Cannes fue clausurado con «Coco Chanel e Igor Stravinsky», y ahora se estrena aquí «Coco: de la rebeldía a la leyenda de Chanel», título que no resulta tan ajustado como el original, «Coco avant Chanel», pues la historia se centra en el personaje de la célebre diseñadora desde su infancia hasta que logra el éxito mundial, y su vida adquiere otro perfume.
La directora, Anne Fontaine, se refugia detrás de dos pilares, el supuesto interés del personaje y el supuesto tirón de la actriz que lo interpreta, Audrey Tautou (la de «Amelie»). Pero no contaba con su propio concurso, el de la directora, chato hasta el aburrimiento, reiterativo (la de fiestas absurdas, momentos vistos, personajes que traban el desarrollo, relaciones, situaciones, conversaciones...), banal incluso en la mirada a Coco «avant» Chanel, de quien apenas se nos muestra ni una punta de su talento, o clarividencia, o lo que realmente tuviera para cambiar la estulticia de los ambientes en que vivía (según la película) por París y su estilo. ¿Por qué Coco se convierte en Chanel?..., pues, a saber.
Audrey Tautou, siempre con el perplejo de Amelie, ocupa perpetuamente el plano y la secuencia, pero no ocupa, en cambio, la cabeza del espectador, que ve cómo se pasa la película sin que aquello tenga más vuelo que el de una faldilla estrecha.
La impresión, desde este lado de la pantalla, es que se nos ha intentando entretener con lo menos vistoso o interesante de Coco Chanel (o sea, su vida hasta ser lo que la convirtió en un personaje interesante). Lo cual, que uno prefiere seguir teniendo la misma idea que antes de entrar: que con un 5 es el pijama que usaba Marilyn Monroe.

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