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El Rey agradece a Santander la acogida y el apoyo a las Fuerzas Armadas

La Patrulla Águila del Ejército del Aire, dibujando en el azul del cielo de Santander la bandera nacional, con los Picos de Europa todavía nevados a las colas de los cazas y el mar cantábrico al frente, cerraron el Día de las Fuerzas Armadas en la ciudad cántabra, cuyos ciudadanos han seguido y acogido con entusiasmo las exhibiciones y demás actos protagonizadas por los Ejércitos.

Desde el Palacio de la Magdalena, Su Majestad el Rey, «encantado como siempre de volver a casa», agradeció a los santanderinos la acogida de una población que se ha volcado con las FAS, tanto para admirar el brillante ejercicio aeronaval del sábado, como para participar en el homenaje a la bandera y a los caídos desarrollado ayer en el Parque de las Llamas.

Don Juan Carlos, en la recepción a las autoridades civiles y militares celebrada en el Palacio que fue residencia veraniega de sus abuelos, aprovechó para expresar su afecto hacia los santanderinos en la persona de su alcalde, Iñigo de la Serna, y también del presidente de la Comunidad autónoma, Miguel Ángel Revilla, de quien destacó su «españolismo».

El Rey felicitó también a la ministra de Defensa, Carme Chacón, por el espectacular ejercicio de desembarco que la Armada había realizado el día anterior en la playa de El Sardinero -seguido por cien mil santanderinos repartidos por toda la costa- y contó que lo había seguido por televisión ya que no pudo asistir en persona. Su Majestad, acompañado por Doña Sofía, levantó su copa para brindar por Santander y por España.

Chacón pronunció unas palabras en las que recordó los esfuerzos de las Fuerzas Armadas en las operaciones en el exterior y, a su vez, levantó la copa por «el honor» de las FAS y por el Rey. Todos fueron parabienes y agradecimientos por el éxito de las celebraciones del Día de las Fuerzas Armadas en una ciudad que de nuevo se volcó para asistir en el austero pero cuidado acto de homenaje a la bandera organizado en la vaguada que ocupa el Parque de las Llanas, con la silueta de los Picos de Europa al fondo, como toda Cantabría, entre la montaña y el mar Cantábrico.

Pequeñas unidades especialmente elegidas de los tres ejércitos y la Guardia Civil, más portaestandartes vestidos con uniformes de todas las épocas que portaban las enseñas «coronelas» de las fuerzas más antiguas de nuestros Ejércitos aportaron actualidad y al tiempo colorido a un acto sobrio pero bien organizado que sustituyó al habitual desfile terrestre.

Rindieron honores tropas del Regimiento de Infantería Garellano, de la Academia de Guardias de la Guardia Civil, de la escuadrilla de honores del Ejército del Aire, de la Escuela de Especialidades de la Armada, del grupo de Artillería de Campaña V, del mando de Fuerzas Pesadas y de la Brigada Mecanizada Guzmán el Bueno.

El marido de Chacón

Tres miembros de la Patrulla Paracaidista del Ejército del Aire saltaron desde el cielo para bajar una gran bandera que fue izada en el mástil situado en el centro del Parque. Miles de ciudadanos presenciaron el acto y el posterior homenaje a los caídos, dieron vivas a España y al Rey. A la celebración asistieron las autoridades autonómicas, municipales y los altos mandos de las Fuerzas Armadas. Incluso el marido de la ministra, Miguel Barroso, no quiso perderse el acontecimiento y acompañó a la titular de Defensa hasta en el coche oficial.

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