Duelo nacional ante el mayor desastre de la aviación francesa
Duelo y consternación nacional ante el mayor desastre de la historia de la aviación francesa. Nicolas Sarkozy invita a la solidaridad nacional tras pedir socorro al Pentágono y agradecer su ayuda a Brasil y España , entre otros aliados, para intentar recuperar los restos del A330 de Air France desaparecido con 228 personas a bordo en algún lugar del océano Atlántico, víctima de un rayo, una tormenta oceánica.
El Airbus A330 de Air France despegó de Río de Janeiro a las 22 horas del domingo (hora de París/Madrid). Y debía llegar al aeropuerto parisino de Roissy-Charles-de-Gaulle a las 11.10 de la mañana. Se trataba de un vuelo regular, en un avión reputado por su seguridad, con 216 pasajeros -126 hombres, 82 mujeres, 7 niños, 1 recién nacido y 12 miembros del equipo.
Según Air France, entre los pasajeros había 82 brasileños, 73 franceses, 18 alemanes, 6 americanos, 5 chinos, 4 húngaros, 2 españoles, 2 ingleses, 2 marroquíes, un angolés, un argentino, un belga, un islandés, un noruego, dos polacos, un rumano, un ruso, un slovaco, un sueco, un turco, un filipino y un suizo.
Sarkozy, pesimista Tras entrevistarse personalmente con las familias que esperaban noticias en el aeropuerto Charles-de-Gaulle, el presidente Sarkozy declaró: “Hay muy pocas posibilidades de encontrar algún superviviente”.
Según Air France, el avión envió un mensaje automático a las 2.14 de la madrugada, anunciando una “avería en el circuito eléctrico”. Minutos más tarde, el comandante del avión todavía pudo anunciar que entraban en una zona de “grandes turbulencias”. El avión desapareció de los radares de seguimiento poco después, cuando hacía tres horas y media que había despegado de Río.
Varios expertos estiman que el avión pudiera encontrarse a unos 300 kilómetros al noreste de la ciudad de Natal, cerca del archipiélago de Fernando de Noroña. Descartada, desde el principio, la pista de un secuestro, Air France privilegiaba la pista de un accidente precipitado por un rayo, una tormenta atlántica, cobró forma privilegiada desde primera hora de la tarde.
Pilotos y técnicos entrevistados por las cadenas de radio y tv francesas afirmaban que “la pista de un rayo no explica completamente la posibilidad del accidente”. Según las mismas fuentes, los rayos son “relativamente frecuentes” en los vuelos trasatlánticos.
Un avión español participa en la búsqueda Un avión español de la fuerza consagrada a la vigilancia y control de la inmigración ilegal en el Atlántico participa en los trabajos de búsqueda y rescate, acompañando a los aviones de reconocimiento franceses, contando, todos, con el apoyo de los satélites de observación europeos y norteamericanos.
Nadie confía en encontrar supervivientes. Jean-Louis Borloo, ministro de Energía, fue el primero en advertir: “Debemos contemplar la hipótesis más trágica”. Una fuente anónima de Air France añadiría: “No hay esperanzas de encontrar ningún superviviente”.
Según el Centre national d'études spatiales (CNES), las balizas del A330 no emitieron ninguna señal. A juicio de Philippe Hazane, subdirector adjunto del CNES, la ausencia de mensaje parece confirmar la tesis de un accidente “vertiginosamente rápido”, víctima de una tormenta o accidente de una gravedad sin precedentes, destruyendo las balizas antes que pudieran enviar ninguna señal de alarma.
El gobierno francés se movilizó con extrema urgencia. Una célula de crisis coordinó los trabajos de los ministerios de asuntos exteriores, transportes, energía, movilizando servicios nacionales e internacionales. En el Elíseo, la célula presidencial orquestaba la comunicación y relaciones internacionales. El presidente Sarkozy se entrevistó personalmente con las familias, en el aeropuerto, enviando mensajes de duelo y solidaridad nacional e internacional.
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