La falta de vocaciones obliga a cerrar el Seminario Mayor de Sigüenza

Sánchez disertó ayer sobre un problema que consideró «muy grave» para el futuro. Y dijo que con frecuencia se pregunta «qué ha hecho mal» él, y que ha fallado también en la «sociedad, las familias o los sacerdotes» para llegar a esta situación.

Los problemas en el inmueble del Seminario se agravan, además, porque la crisis económica ha truncado también, y casi completamente, los planes que se habían trenzado para el resto del edificio, que fue arrendado para ubicar la sede del «Instituto Español de Gastronomía».Esta iniciativa, que llegó a contar con las «laicas bendiciones» de Barreda en su presentación, no termina de encontrar la inversión para poner en marcha la que pretendía ser gran «universidad gastronómica» del país. Aun así, el obispo señaló ayer que los responsables del IEG están tratando de conseguir un postrero apoyo de una empresa, pero dijo que la situación es complicada, y que si la inyección financiera no se concreta, «en unos meses» se revertirá la cesión, «y empezaremos de cero».

Así, el obispo pretende volver a buscar un proyecto hostelero que quiera ubicarse en el interior de este monumento del siglo XVII, ubicado en el barrio renacentista y barroco de la localidad.

El anuncio de monseñor Sánchez sobre el Seminario se produjo en una comparecencia en la que dio también cuenta de su memoria de actividades de 2008, y del estado de cuentas de la Diócesis. Según los datos aportados, casi 51.000 personas de Guadalajara, un 21% de la población, asiste con regularidad a misa. En cuanto a la salud económica, el obispo señaló que el último año, debido a las cuantiosas obras en marcha, el ejercicio se cerró con 2 millones de déficit. El obispo invitó a marcar la cruz para la Iglesia en el IRPF. El año pasado lo hicieron el 42% de los declarantes de Guadalajara.