Da igual el ministro de Cultura que esté en el Gobierno porque al final el que sigue acaparando la atención y los titulares es el bailarín y coreógrafo Nacho Duato. Si con el anterior, César Antonio Molina, el motivo era su salida de la dirección de la Compañía Nacional de Danza (CND), como consecuencia de la aplicación del Código de Buenas Prácticas; con Ángeles González-Sinde es por todo lo contrario, su continuidad en el cargo, a tenor de las declaraciones realizadas ayer por la ministra poco antes de la presentación del programa de promoción de danza clásica, que tuvo lugar ayer en el Teatro Real.
Lo mejor para todos
La ministra, que se reunió la pasada semana con Duato, aseguró no haber tomado todavía una decisión sobre la situación del bailarín y coreógrafo al frente de la compañía -una salida que ya estaba rubricada por el anterior titular de Cultura-, y «cuyos detalles habrá que estudiar a fondo». Algo que quiere hacer junto al nuevo director general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música, Félix Palomero, que ayer tomó posesión de su cargo, en sustitución de Juan Carlos Marset. «Estamos estudiando las posibilidades para que sea lo mejor para la danza, que es lo que nos interesa al mundo de la danza y a los españoles», informa Ep.
Una hora antes, González-Sinde acudía a la toma de posesión de Palomero y de Mercedes del Palacio, nueva subsecretaria de Cultura en sustitución de Dolores Carrión. En su intervención, la ministra recordó la progresión del ministerio de Cultura a través del trabajo de sus antecesores: «Carmen Calvo fue la encargada de abrirlo y puso en marcha un proyecto, y César Antonio Molina impulsó muchos y grandes proyectos y trazó la política cultura de este país. Ahora mi intención es la de poner a disposición de todos los ciudadanos y profesionales ese arsenal magnífico teniendo en cuenta las nuevas circunstancias económicas y sociales, que son difíciles también para muchas personas de la cultura», afirmó. A continuación agradeció el «ímpetu, celo y generosidad» demostrado al frente de sus cargos por Carrión y Marset, del que espera contar con su colaboración.
En su primer contacto con la prensa, Palomero no quiso profundizar en los temas más conflictivos del Inaem y realizó una declaración institucional. «Todavía no me lo sé todo», bromeó. Aseguró que su trabajo irá encaminado «a favorecer que creadores e intérpretes tengan los medios adecuados para expresar su talento», y subrayó que «la crisis no frenará nuestros proyectos».
Sin alarmismos
Destacó, asimismo, la importancia de la cultura como actividad económica, y la necesidad de tejer redes de colaboración con las comunidades autónomas y los ayuntamientos. Sobre el futuro del Código de Buenas Prácticas, que hará bailar todas la direcciones generales de las unidades del Inaem en los próximos dos años, afirmó que «se ha hecho un desarrollo normativo que se ha publicado [y aprobado en el Consejo de Ministros], y tiene su calendario». Después de apelar a la «continuidad» en la línea de gestión y de que su intención no es crear «alarmismo», reconoció, sin embargo, que «estudiaremos su desarrollo».

