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La Comisión Europea maniobra para atenuar la presión a la dictadura cubana

El comisario europeo Louis Michel, encargado de Ayuda al Desarrollo, cree que es bueno que la UE mejore sus relaciones con la dictadura cubana, para lo que está dispuesto a trabajar para cumplir las exigencias de La Habana de que se anulen las reclamaciones de democracia y respeto a los derechos humanos. El ministro checo de Exteriores, Jan Kohout, que se hizo cargo ayer de la presidencia semestral, cree sin embargo que la evolución política del régimen cubano no es satisfactoria, y prefiere dejar las cosas como están.

El nuevo ministro cubano de Asuntos Exteriores, Bruno Rodríguez, hizo ayer su primera visita oficial a Bruselas. Llevó un discurso extraordinariamente riguroso, que da la razón a los que creen que el representante checo está en lo cierto: Cuba no sólo no considera necesario hablar de los problemas de derechos humanos en la isla, sino que contesta a sus interlocutores con críticas y reproches a los europeos, desde los vuelos de la CIA al trato a los inmigrantes clandestinos.

Logró anular las sanciones

Desde la llegada del Gobierno socialista español al poder, Cuba ha logrado anular las sanciones diplomáticas impuestas en 2003 a causa de una oleada de de detenciones de periodistas y disidentes pacíficos. Lo que La Habana quiere ahora es que se anule la llamada «posición común», que fue aprobada por la Unión Europea en 1996 a instancias del entonces presidente del Gobierno español, José María Aznar. En ella se establece que Cuba es una dictadura, y que la UE desea el respeto a los derechos humanos y una apertura diplomática.

El ministro cubano considera que esa es una posición «obsoleta, unilateral, impropia de esta época, impuesta por un gobierno norteamericano que ya no está en el poder, y que constituye un obstáculo para el desarrollo de las relaciones bilaterales».

De lo escuchado ayer se deduce que el comisario Michel está dispuesto a hacer a toda costa de lo que pide Cuba. Ya ha viajado dos veces a La Habana, y según su teoría «es necesario acelerar la normalización con Cuba para que Estados Unidos no se nos adelante». Por ello, dijo que en su opinión «con diálogo» es posible «suprimir la «posición común» o al menos cambiarla».

Respuesta sin matices

A pesar de haber estado en la misma reunión, el ministro checo, sin embargo, fue un poco más pragmático: «Nuestras perspectivas coincidieron en temas como el cambio climático y la reforma de las Naciones Unidas, pero no sobre derechos humanos ni en el tema de los prisioneros políticos», dijo Kohout. «La respuesta que obtuvimos fue que en Cuba no hay prisioneros políticos».

En palabras exactas de Rodríguez a los periodistas sobre este asunto, la versión cubana no ofrece matices: «No entiendo a qué presos se refiere. En Cuba hay presos como en todas partes, puesto que es un Estado de derecho».

La experiencia de los checos, como un país que conoció hasta no hace mucho una dictadura comunista, es muy específica en el caso de Cuba y no será fácil conseguir que accedan a tramitar un cambio de la «posición común» en el consejo del mes que viene.

Significativamente, Javier Solana quiso reunirse aparte con Rodríguez, y no en el formato de la «troika» con el comisario Michel y el ministro checo de Exteriores, como hubiera sido habitual. Solana le dijo que la UE quiere «confirmar sinceramente el diálogo político», e incluso «revisar el asunto de la «posición común»», pero para ello «la cuestión de los presos políticos es fundamental».

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