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El Picasso niño y el anciano se dan la mano en una eposición

El Picasso niño y el ya anciano se unen a través de la nueva exposición temporal del Museo Picasso de Málaga , que analiza la escultura de chapa recortada "Mujer", realizada en 1961, pero que tiene sus primeros antecedentes en los recortables que creó el artista durante su infancia en su ciudad natal.

Esos recortables de papel de 1890, "Paloma" y "Perro", han sido prestados por el Museo Picasso de Barcelona y son dos de las 38 obras de Picasso, Henri Matisse y Julio González que se exponen hasta el próximo 30 de agosto.

Christine Ruiz-Picasso , nuera del artista, ha recordado hoy en la presentación cómo vivió aquellos años en los que su suegro colaboró con Lionel Prejger , quien hizo realidad el "sueño" del malagueño de "convertir en objetos duraderos esos papelitos dispersos por todas partes", según palabras del propio Picasso, al trasladar al metal sus siluetas recortadas en papel.

Poco aprecio por los soldados

También ha rememorado cómo una de las obras maestras de Picasso en este ámbito, "La mujer en el jardín", fue destruida por soldados franceses durante la Segunda Guerra Mundial al lanzarla por una ventana, "y desde ese momento Picasso no tuvo mucha estima por los soldados, y menos por los franceses". Por su parte, la comisaria de la exposición,

Elizabeth Cowling

Cowling ha justificado la presencia de piezas de Matisse y Julio González por el hecho de ser "los dos artistas más relevantes para Picasso" en este tipo de esculturas. En el caso de Matisse, se trata de "un gran amigo y rival de Picasso", y a juicio de la comisaria, la decisión del malagueño de volver a hacer esculturas de chapa recortada partió "de la experiencia extraordinaria que supuso para Picasso ver a Matisse realizando siluetas de papel". "Mujer" puede considerarse incluso "un homenaje formal a Matisse", puesto que los huecos recortados "tienen un aspecto muy orgánico, parecido a las formas vegetales que se observan en las siluetas de Matisse", según Cowling.

Mientras, con Julio González se trata de una colaboración, ya que cuando Picasso se planteó trabajar con el metal forjado y soldado, comprobó que no tenía experiencia ni medios con este material y se puso en contacto con González, con el que creó, entre otras piezas, la citada "La mujer en el jardín".

Las obras se complementan con la exhibición de una serie de fotografías del artista noruego Carl Nesjar, quien recibió en 1964 autorización de Picasso para trasladar a tamaño monumental algunas de estas piezas recortadas, que se conservan todavía en distintos espacios públicos de Suecia y los Estados Unidos.

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