Actualizado Martes, 14-04-09 a las 15:31
Hay mucha leyenda urbana en esto de los viajes a Cuba desde Estados Unidos. Mucha gente que se pregunta cómo los estadounidenses pueden viajar sin problemas a una isla que lleva cinco décadas dando dolores de cabeza a la poderosa Washington. Viajan, sí. Lo hacen constantemente y a cualquier edad, la mayoría a través de México, aunque también en vuelos directos como se conocen al dedillo los funcionarios cubanos que trabajan en la Misión ante la ONU.
La Habana está llena de estadounidenses estos días. Jóvenes acechando bares que rezuman ron y planeando la noche de juerga. Compradores de arte apresurándose a inspeccionar las piezas de una galería . Estadonidenses nacidos en Cuba visitando a miembros de su familia cargados de regalos en hogares que abandonaron hace muchos años...
«¿Prohibición? ¿Qué prohibición?»
"¿Qué esta haciendo toda esa gente aquí?" dice Jay Seldin, un fotógrafo de Nueva Jersey, asombrándose desde su asiento en el vestíbulo de un lujoso hotel en el límite de la parte viaje de La Habana. "No sientes que sea un tabú."
Un nuevo gobierno en Washington busca relajar décadas de restricciones en los viajes hacia Cuba, en lo que muchos predicen que será el primer paso en un acercamiento de largo alcance entre los dos países, después de casi medio siglo de hostilidades.
La gran pregunta a ambos lados del Estrecho de Florida es cuánto arriesgará Obama en su política cubana y cuántos cambios tolerarán los dirigentes comunistas. Los dos bandos tienen razones para moverse lentamente.
En su campaña presidencial, Obama tildó de desastre la política estadounidense hacia Cuba, que había fracasado en proveer un cambio democrático en la isla, pero hasta el momento, sólo ha afectuado revisiones moderadas. La nueva administración ha levantado algunas de las restricciones turísticas, permitiendo a los ciudanos estadounidenses visitar Cuba anualmente, en oposición a la visita cada tres años autorizada bajo la administración Bush.
Un grupo de senadores republicanos y demócratas presentaron el mes pasado un proyecto de ley que habría anulado la mayoría de las restricciones de viaje en todos los estadounidenses.
Aquellos motivados para ir, siempre han encontrado caminos para hacerlo rodeando a las leyes, viajando via terceros países como México, pero el número de visitantes de EE.UU. puede dispararse como un cohete si el viaje se convierte en legal.
Algunos de los estadounidenses de visita en La Habana durante estos calurosos días de vacaciones, se han dejado caer por la Cuban Biennale, un festival internacional de arte celebrado cada tres años (a pesar de su nombre) cuyo plato fuerte es "Chelsea Visits Havana", una exposición de artistas neoyorquinos.
Magnan, el cerebro de la muestra, ha declarado que los organizadores han tenido que enfrentarse con una enorme burocracia y cierto escepticismo por parte del gobierno estadounidense para poder llevar a buen puerto la exposición. "Espero que con Obama la situación se relaje, con más exposiciones internacionales, más artistas..." dice en declaraciones al periódico californiano Los Ángeles Times
Nacido en Cuba, Magnan emigró con sus padres cuando tenía 5 años, pocos años después de que Fidel Castro tomase el control de la isla y ha vuelto en varias ocasiones a la isla, a menudo en labores de promoción artística. Él concibió la idea de la exposición Chelsea, llamada así por el barrio de moda de Manhattan, que involucra a más de 30 artistas..
Los turistas americanos invaden Cuba
Luly Duke, responsable de la Fundación Amistad, un grupo neoyorquino que promueve los puentes con Cuba y que ayudó a organizar la exposición, ha declarado estar sorprendida cuando los policías cubanos permitieron celebrar una fiesta tras la muestra y no impusieron restricciones en las piezas de arte expuestas. " Para mí es una señal, un paso adelante que da la bienvenida a la apertura "
Había algunas piezas decidiamente izquierdistas en la muestra, como el cuerpo de un alce rematado por un retrato de Sarah Palin o una silueta gigante de Obama cara a cara con Castro.
Marylin Garbey, una reportera de radio de 41 años que también atendía a la muestra se dirigíó hacia una colección de parches del ejército americano que intentaban retratar los abusos militares en Iraq, con slogans como "Infidels Rule". Estaba impresionada.
"Siempre hemos visto a los EE.UU. como el reino del mal, por así decirlo, y esto nos muestra que hay americanos con una visión más parecida a la nuestra", ha declarado Garbey. "Hay más esperanza ahora, ya que Obama es muy inteligente y hay mucha simpatía por él"
Fuera de los frescos y espaciosos confines del anexo del Museo de Bellas Artes habanero donde se desarolla la muestra, los cubanos siguen con su vida diaria, yendo a trabajar, sentándose en las escaleras de los portales, tocando marimba para los turistas extranjeros y llenando viejas masiones, algunas prácticamente derruídas, otras parcheadas de andamios y restauraciones en proceso.
Pese a que el gobierno permanece cauto, los cubanos de a pie parecen esperanzados ante la idea que una relación más amistosa con EE.UU. sería buena para ellos.
Alejandro Tamayo, un DJ a tiempo parcial con un hijo de dos años, ve ensanchar sus horizontes. "Si levantan las restricciones, habrá más libertad, más turismo, más oportunidades" dice el veinteañero "Ahora me las veo y las deseo para ganar 5 pesos antes de volver a casa por la noche."
Gisela Valdez, una economista que vende libros de segunda mano en una plaza arbolada cercana a la Plaza Armas ha charlado timidamente con algunos de los turistas que se han acercado a su establecimiento. "Pienso que tenemos una visión de ellos llena de errores, y ellos sobre nosotros," declara a los periodistas.
El legado de George W. Bush
Se estima que que 50,000 estadounidenses viajaron legalmente a Cuba el año pasado, en contraste con los casi 200.000 que visitaron la isla en 2003, cuando, según el gobierno cubano, el presidente Bush endureció las restricciones tras la detención de disidentes y periodistas cubanos en la isla caribeña.
Los dirigientes cubanos se mantienen cautelosos. Ansían las divisas que los turistas dejarán en la isla pero consideran que demasiados turistas serían una influencia tóxica para los cubanos. Un alto funcionario del Ministerio de Turismo Cuban se encrespó ante la pregunta de un periodista que cuestionaba la capacidad de la isla para soportar la afluencia de un turismo masivo.
Josefina Vidal, responsable de la sección norteamericana del Ministerio de Asuntos Exteriores cubano, ha declarado que Cuba estará deseando sentarse para hablar con los oficiales estadounidenses, tan pronto como no les impongan condiciones. De momento, declara, no se han abierto los contactos.
"Todo el mundo dice que Obama es diferente" declara Vidal. "Estamos espectantes." Y mientras tanto, los americanos siguen viajando a Cuba.

Enviar a:

¿qué es esto?


Más noticias sobre...