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Vespasiano regresa al Coliseo

Vespasiano regresa al Coliseo

El gran «Divo» de Roma recibe estos días un gran homenaje en la Ciudad Eterna. Tito Flavio Vespasiano fue el gran divo del Imperio romano, al que devolvió, tras el derroche de Nerón, estabilidad y bonanza. Con «Divus Vespasianus. El bimilenario de los Flavios», Roma rinde homenaje al emperador que construyó el Coliseo, devolviendo parte de las propiedades privadas de su predecesor al pueblo. En el momento de la muerte de Nerón en el año 68 d.C., Vespasiano se encontraba en Oriente Medio reprimiendo la revuelta de los judíos.

Tras la muerte repentina -asesinados- de los sucesores de Nerón, Vespasiano -de origen humilde- fue proclamado emperador por sus propios soldados, llegando a Roma en el año 70, a los 60 años de edad. Inicia en este momento un periodo de bonanza social, política y económica para la ciudad, que ve cómo se vacía el lago de la villa de Nerón, y se empieza a construir un gran anfiteatro. Vespasiano no vio finalizada la obra al fallecer en el año 79; fue su hijo y sucesor, Tito, quien inauguró el Coliseo con cien días de juegos en los que se mataron 5.000 animales.

117 días de juegos

Pero estos no fueron los juegos más sangrientos celebrados en el anfiteatro de los Flavios. El emperador Trajano, para celebrar la victoria en Dacia, convocó 117 días de juegos, en los que, según los documentos, participaron 9.000 gladiadores y 10.000 animales. La enorme estructura, finalizada por el hermano de Tito, Domiciano, mide casi 50 metros de alto, y tenía capacidad para 75.000 personas. Domiziano añadió al Coliseo los pasajes subterráneos y la construcción de casas para los gladiadores, donde vivían y se entrenaban, y rindió homenaje a su hermano Tito con un arco situado en las inmediaciones del anfiteatro. Hoy en día el Coliseo alberga a millones de turistas que cada año viajan a Roma para admirar el monumento emblema de la familia Flavia.

Precisamente, el Coliseo, con sus 2.000 años de antigüedad, sirve de marco para la exposición de homenaje a la familia Flavia. La muestra se abre con el retrato más fidedigno de Vespasiano proveniente de la Ny Carlsberg Glyptotecj de Copenhague, un busto que sorprende por la gentileza de los trazos, que nada tienen que ver con el busto que se conserva en el Museo Nacional Romano, en el que se presenta un «príncipe» con aspecto intelectual, como se solía esculpir a los emperadores. Junto al busto del emperador está el de su hija, así como pequeñas piezas extraídas de las excavaciones del anfiteatro, que por primera vez se exponen.

Ruta vespasiana

El comisario de la exposición, Filippo Coarelli, explicó a los medios que, para rendir este homenaje «a una dinastía que nació humilde y se convirtió en emperador de Roma, hemos trabajado cuatro años, escogiendo piezas de museos prestigiosos, incluso españoles». De hecho, la exposición no sólo se concentra en el Coliseo, sino también en la Curia Hostilia de Nerón -sede del Senado romano- y el Monte Palatino. Además, por toda la ciudad se han instalado paneles explicativos ante los monumentos relacionados con la dinastía Flavia, creando una «ruta Vespasiana». «En noviembre, concretamente, el 17, día en el que nació Vespasiano, realizaremos un congreso dedicado al imperio de la familia Flavia», anunció el comisario de la exposición, señalando que de los tres días de debates, uno estará dedicado exclusivamente a la importancia de España para el emperador Vespasiano y para toda la dinastía Flavia.

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