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Bolonia y Lao-tsé

AHORA resulta que Lao-tsé, el viejo sabio, ya era contrario a lo que se predica en los documentos de Bolonia, seis siglos antes del nacimiento de Cristo, cuando afirmó el tan sabido axioma de que cuatro paredes y un techo no son arquitectura, arquitectura es el espacio que se encierra dentro y de cuya conformación es el arquitecto el único responsable.

El arquitecto es fundamentalmente un artista, pero al mismo tiempo debe ser de la rara especie de seres humanos que he dado en llamar homo patiens, una especie de ser más o menos humano de enorme templanza moral y preparado, como diría un americano, para todo evento. Sobre sus espaldas recae el peso enorme de su responsabilidad civil y el no menos importante de su equipo, formado trabajosamente, a sus pechos y que a veces no sabe como va a mantener en las épocas de ninguneo profesional sin permitir que ninguna de estas circunstancias desanime su pasión creadora e investigadora de cuanto se cuece a su alrededor, tanto en lo que se refiere al cambio de los parámetros sociales como al velocísimo desarrollo de las tecnologías tan a tener en cuenta.

El arquitecto debe ser creativo, capaz en tecnología y coordinador. La creatividad consiste en dar respuestas nuevas a un mundo en continuo cambio. La coordinación es la capacidad de asumir todas las técnicas complejas que intervienen hoy en el hecho edificatorio, de forma que se dispongan adecuadamente dentro del contexto total de la obra.

La complejidad de la arquitectura tiene como consecuencia indudable que el arquitecto no es el único actor de este proceso constructivo. En el proceso constructivo intervienen multitud de técnicos, especialistas cada uno en su materia, sometidos a los parámetros de la arquitectura, claro está que el arquitecto debe conocer lo suficiente de estas materias para que en el proceso creativo haya sido previsto un lugar para cada una de las necesidades que cada una de las técnicas conllevan.

¿Qué es la arquitectura? ¿Un simple proceso constructivo? El simple proceso constructivo es construcción. La arquitectura es significado, fundamentalmente, y eficacia, eficacia en el sentido de que la arquitectura, (la creación de ambientes que rodea al hombre) tiene que tener un significado trascendente y debe funcionar. Funcionar en todos los sentidos, tanto en los puramente prácticos como en los anímicos, filosóficos, espirituales. Los animales construyen sus refugios y suelen ser eficaces, el hombre no se conforma solo con esta eficacia, quiere, necesita que su entorno refleje su propia identidad.

Vivimos estos días los avatares derivados de la aplicación a forciori de los dictados de Bolonia previstos para todas las actividades derivadas de las Escuelas Politécnicas, y lo notable y que sorprendentemente no sea considerado o, más bien sea olvidado, es que el arquitecto no debe pertenecer a este tipo de formación ya que pertenece por propia definición a la Escuela de Bellas Artes como lo era en la época en que cursé mis estudios. Sorprendentemente el Colegio de Madrid, el único que existía entonces, aceptó sin rechistar el cambio de nomenclatura que impuso el entonces ministro Lora Tamayo, y la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid cambió de nombre y se denominó Escuela Técnica Superior de Arquitectura, craso error que hoy día estamos pagando y que nos está llevando a una degradación de la figura del arquitecto cada vez más patente en la sociedad.

En Francia y Alemania, el aspirante a ser y tener la formación de un verdadero arquitecto, puede desarrollar sus estudios en una Escuela Politécnica o en la de Bellas Artes, por lo que, los que escogen esta última, reciben una educación mucho más ajustada a la creatividad como lo fue la nuestra en sus tiempos.

La formación de un arquitecto no se puede hacer en cinco años, en los que es necesario que se implique en los conceptos tan abstractos de la creación de espacios, para lo cual necesita además tener una formación humanística considerable, como tampoco puede dejar de conocer, aunque no sea a fondo, todas las tecnologías que se incluyen en una obra de arquitectura, como un director de orquesta no tiene porque saber tocar todos los instrumentos, sino que sitio deben ocupar dentro de ella y conocer sus posibilidades de sonido e impacto emocional.

La Administración debe reflexionar sobre cuanto digo y los profesionales también.

Doctor

Arquitecto

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