«Negándose a dar cabida a la actualidad el Thyssen va camino de la parálisis»
El Museo Mori de Tokio exhibe parte de la colección contemporánea de Francesca Thyssen que Madrid rehusó y que pronto podrá verse en Sevilla
Francesca de Hasburgo sabe utilizar sus armas de mujer. No le importa hacer posturitas entre las columnas de neones de Cerith Wyn Evans con las que se abre en Tokio el recorrido de «The Kaleidoscopic Eye», una selección de grandes instalaciones producidas por la ... Thyssen-Bornemisza Art Contemporary , que capitanea, ni juguetear con el frasquito de esencias del LSD tratado con fines homeopáticos de la fuente de Klaus Weber como si de un perfume se tratara.
La hija del barón Thyssen conoce el terreno que pisa y, fruslerías al margen, hace caer sus declaraciones como losas: «La del Museo Thyssen-Madrid es una colección cronológica y nadie puede decidir hasta dónde llega. Mi abuelo no le dijo a mi padre que no coleccionara arte moderno, que ahora es una de sus secciones más famosas. Dentro de 200 años nos gustará ver lo bien que hizo su entrada en el siglo XXI. Con su negativa a dar cabida a la actualidad, el Museo Thyssen va camino de la parálisis».
El escenario para realizar estas declaraciones ha sido la apertura, hasta el 5 de julio, de una de las muestras más ambiciosas de la T-B A21 que capitanea, después de que fracasaran varios intentos de hacer entrar parte de sus fondos en la pinacoteca madrileña : «En Madrid se presentaron dos proyectos –señala–, dos muestras ya ofrecidas en nuestro espacio en Viena, que también es un lugar pequeño, y que habían funcionado muy bien. Primero se me cedieron las salas dedicadas al siglo XX, y luego, las de las exposiciones temporales. Ninguna de ellas estaban preparadas para el arte contemporáneo. Si voy a enseñar la colección quiero que sea con las mejores piezas y en las mejores condiciones».
Louvre y Prado, márketing
Para la heredera del barón, la llegada de la contemporaneidad al museo fundado por su padre pasa por ser algo natural: «Esta es una colección cronológica que repasa como pocas la Historia del arte. A lo que están tendiendo ahora museos tradicionales como el Louvre o El Prado es más una cuestión de márketing que de convicción». Pero el centro español ya ha permitido la entrada de artistas vivos en sus salas, le corregimos: «Guillermo Solana querría hacer muchas más cosas con el arte contemporáneo, pero no puede. Cualquiera de las muestras que yo pudiera hacer allí con mi colección sería siempre de mejor calidad de las presentadas hasta ahora en el museo. Y esto hace que sienta vergüenza ajena, porque tengo el apoyo del Ministerio de Cultura».
Aún así, no pierde la esperanza: «No soy una dictadora, pero como miembro del patronato del museo que soy, defiendo mi postura con seriedad. Y no necesito el edificio o una planta entera. Cuando comencé a coleccionar, ni siquiera tenía el que ahora tengo en Viena. Al hall del Museo Thyssen le veo grandes posibilidades. Se podrían hacer intervenciones puntuales como las de la Sala de las Turbinas de la Tate. Allí podrían estar perfectamente las columnas de C. W. Evans que se exhiben aquí. Y si necesitan diez años más para darse cuenta de esto, que se los tomen».
Otras colaboraciones
Todo ello no impide otras colaboraciones en España: «Me he comprometido con Islandia a que buena parte de mi colección descanse allí diez años. Y estoy en negociaciones con José Lebrero, director del CAAC , para que “Kaleidoscopic Eye” viaje a Sevilla. Otro grueso del conjunto irá a Granada en 2013».
Lo explicaba Natsumi Araki, curator del Museo Mori : Basta con aproximarse desde otro ángulo a la realidad para ver como ésta cambia. Ésa es la filosofía de «The Kaleidoscopic Eye», una invitación a replantearnos qué entendemos por cotidiano, poniendo el acento en la percepción y en la interacción con la obra de arte. Aquí se reúnen más de 40, algunas de ellas impresionantes instalaciones -como el momento congelado de la destrucción de un muro («Frío estudio del desastre», 2005), de Los Carpinteros , o la mesa que debemos «acariciar» para activar los audios que la acompañan, de Janet Cardiff -, de más de 20 artistas, entre ellos, Olafur Eliasson, Matthew Ritchie, Carsten Höller o Tracey Emin , todas producidas por la Fundación T-B A21 .
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