El Jemer Rojo torturador reconoce su culpa en el genocidio de Camboya
«Duch», el jefe de la infame prisión S-21 donde sólo sobrevivieron ocho de sus 16.000 detenidos, pide perdón a los familiares de las víctimas en el primer juicio contra el régimen de Pol Pot
“Al principio rezaba para obtener el perdón de mis padres, pero luego rogaba por el de todo el país”. Leyendo casi maquinalmente su declaración ya escrita y sin ningún atisbo de emoción, el primer alto cargo de los Jemeres Rojos de Camboya en ser ... juzgado, Kaing Guek Eav alias “Duch”, pidió hoy disculpas al público que se había congregado en el tribunal internacional auspiciado por la ONU que lo ha sentado en el banquillo.
Entre 1975 y 1979, cuando el brutal régimen dirigido por Pol Pot exterminó a dos de los siete millones de camboyanos que había entonces, “Duch” dirigió la infame prisión Tuol Sleng (S-21) de Phnom Penh. Por esta antigua escuela, siniestramente transformada en un centro de detención, pasaron más de 16.000 presos que fueron torturados e interrogados antes de ser ejecutados en los tristemente famosos “campos de la muerte”.
De ellos, sólo sobrevivieron ocho reclusos que ahora declararán como testigos de cargo contra “Duch”, un antiguo profesor de Matemáticas que aplicó toda su inteligencia para buscar lagunas en las declaraciones de los detenidos que permitieran su ejecución por ser “enemigos del pueblo”. De todas maneras, las palizas eran tan brutales y las torturas tan dolorosas que los presos acaban confesando cualquier cosa, como ser espías de la CIA o la KGB, o incluso de ambos servicios secretos sin saber ni siquiera lo que esas siglas significaban.
Tal y como ha confesado “Duch” en anteriores entrevistas, “ todo el que entraba en la Oficina de Seguridad 21 tenía los días contados ”, ya que los concienzudos interrogatorios, las torturas, el hambre, los alienantes retratos de la ficha policial, el encierro en celdas hacinadas o en cubículos de ladrillo y, en definitiva, la desesperación y el miedo acababan quebrando la voluntad del individuo.
Por ese motivo, el acusado aceptó su responsabilidad “por los crímenes cometidos en S-21, especialmente las torturas y ejecuciones de la gente”. Reconvertido al cristianismo tras la muerte de su esposa, “Duch”, de 66 años, expresó su “más profundo arrepentimiento y su pena de corazón” por las víctimas y sus familiares, muchos de los cuales habían acudido para verlo a través de la pecera blindada donde se celebra el juicio.
Con independencia de que su confesión sea verdadera o no, el antiguo responsable de la cárcel S-21 es el único de los cinco Jemeres Rojos procesados que ha admitido su implicación en el genocidio camboyano. Los otros cuatro siempre se han defendido argumentando que desconocían las ejecuciones en masa en los “campos de la muerte” y que sólo cumplían las órdenes dictadas por Pol Pot , el “Hermano Número 1” que falleció en libertad en 1998.
Crímenes contra la humanidad
Aunque “Duch” también se excusó diciendo que había intentado evitar su nombramiento como jefe de la prisión S-21, luego no ha dudado en reconocer que se empleó a fondo en el exterminio de los presos para proteger a su familia de las frecuentes purgas que sufrían los cuadros jemeres.
Después de “Duch”, el primer imputado, se sentarán en el banquillo de los acusados Nuon Chea , el “Hermano Número 2” y antiguo presidente de la Asamblea Nacional; Khieu Samphan, presidente de la República Democrática de Kampuchea; Ieng Sary , ex ministro de Asuntos Exteriores y cuñado de Pol Pot ; y su esposa y entonces responsable de Asuntos Sociales, Ieng Thirith .
Acusados de crímenes contra la Humanidad, todos ellos pueden ser condenados a cadena perpetua , ya que la legislación camboyana no prevé una pena de muerte que los Jemeres Rojos aplicaron con profusión hace tres décadas.
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