Chicos de hoy en día

El gancho de esta película consiste en su reparto: caras conocidas de series populares de la tele que aquí aparecen en papeles «descarnados» (al contrario, con mucha carne), viviendo la vida loca con más que amor, frenesí, sin las censuras de la pequeña pantalla. Tal ... morbo, que atraerá a mucha gente, sigue siendo lo más notable de la película. Se pretende un retrato al último minuto de los hábitos de ocio juveniles en alguna playa mediterránea y su mayor mérito estaría en que busca el equilibrio entre la crónica petarda y una forma de realismo. Por decirlo con una frase de rancio aroma televisivo que evoca el mismo target de audiencia, la juventud baila, se coloca y se lo monta, en las más diversas combinaciones posibles, y así hasta la hora del chocolate con churros. No se le puede acusar de moralina ni de voluntad de escándalo sino quizá de algo peor: la presunta objetividad de una crónica no es lo mismo que la ausencia de un punto de vista, por mucho que la película esté narrada de forma bastante competente para los tiempos que corren. Los personajes son de ahora mismo, sí, pero eso no los hace interesantes (no lo son) ni justifica el empeño de esta película de ingenioso y a la vez poco acertado título (recuerda los juegos de palabras con que titulan sus películas los hermanos Trueba).