Publicado Jueves, 19-03-09 a las 03:30
La mayor manifestación realizada en la cuenca del Segura para reclamar agua recorrió ayer tarde las calles de Murcia, cumpliendo las expectativas de los convocantes. Unas 400.000 personas, según la Policía Local, se sumaron a la reivindicación de los regantes en contra del Estatuto de Castilla-La Mancha y a favor de la continuidad del trasvase Tajo-Segura. La nota más destacada fue la unidad de todos los partidos políticos de la Región de Murcia, la Comunidad Valenciana y Almería.
Los presidentes Ramón Luis Valcárcel y Francisco Camps, junto con el líder del PP andaluz y vicesecretario general de este partido, Javier Arenas, compartieron la marcha con los secretarios generales del PSOE de Murcia y la Comunidad Valenciana, Pedro Saura y Jorge Alarte, respectivamente. También asistió el coordinador general de IU de Murcia, José Antonio Pujante, que apoya este trasvase «porque lleva 30 años de funcionamiento y es vital para la economía del Sureste». En términos políticos, esta unidad significa que los parlamentarios socialistas y populares de Murcia y Valencia no apoyarán en el Congreso ninguna propuesta que afecte al Tajo-Segura.
Colegios sin clases
Tractores y camiones frigoríficos encabezaron la marcha, que contó con la llegada a la capital de un millar de autobuses procedentes de todos los puntos de la Región, así como de las otras provincias del Levante. Muchas clases se suspendieron y numerosas explotaciones agrícolas y almacenes cesaron su actividad para que los trabajadores, muchos de ellos inmigrantes, se trasladaran a Murcia.
El presidente del Sindicato de Regantes del Tajo-Segura y portavoz del Comité de Crisis, Francisco del Amor, mostró su agradecimiento por el éxito de la convocatoria y la presencia de muchos ciudadanos capitalinos que acudieron en masa. Leyó un manifiesto en el que reclamó un pacto de Estado de agua y la retirada del Estatuto de Castilla-La Mancha, ya que estima que su aplicación en materia hídrica supondrá el cierre inmediato del acueducto el próximo verano, dado que se prevé una reserva de 600 hectómetros cúbicos para Castilla-La Mancha. Señaló que no quiere enfrentamientos territoriales, aunque advirtió de que el tono de la protesta será mayor si sale adelante el Estatuto. Apremió al Gobierno central a resolver el problema para mantener el acueducto y redotar los regadíos con más recursos hídricos, ya que de lo contrario la manifestación se llevará a Madrid o Bruselas.
Más de 200 instituciones y asociaciones dieron su apoyo a esta manifestación, en la que también existió unanimidad de todo el tejido económico y social. Entre las pancartas había mensajes contra la política de Zapatero y la postura de María Dolores de Cospedal. También se reclamó el trasvase del Ebro.

