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Garzón, tras su última conferencia: «Hablaré en España y a lo mejor me mandan callar»

La Fiscalía rechaza que el juez haya prevaricado y pide al Supremo que archive la querella del PP. El partido presenta otra denuncia ante el CGPJ

Desde Guatemala, donde ha participado en un seminario internacional sobre justicia universal, el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón advirtió ayer de que hablará cuando regrese a España (estaba previsto que su avión aterrizara la pasada madrugada). Y avisó de que «a lo mejor hasta me dicen que tengo que callarme». El magistrado parece haber tomado la decisión de defenderse frente a lo que considera una campaña dirigida a tumbar su candidatura a presidir la Audiencia Nacional.

En una rueda de prensa ofrecida en tierras centroamericanas ya adelantó algunas ideas. Aseguró que la investigación del CGPJ relacionada con los 160.000 dólares que cobró durante su estancia en Nueva York «no tiene fundamento» porque «las cuentas están muy claras». «¿Y sabe cómo quedan claras?», preguntó. «Declarando al fisco dos veces, una al norteamericano y otra al español», informa Efe.

Indiferencia

Garzón dijo desconocer si esa investigación de carácter disciplinario -reactivada a instancias del TS después de que su Sala Segunda descartara la comisión de delito por el juez- responde a una persecución política del PP por la «operación Gürtel». Se mostró más bien indiferente y aseguró que, si es así, «tampoco me importa demasiado».

Sobre esa investigación de una presunta trama, Garzón evitó hacer comentarios. «Estoy fuera de mi país y no me gusta hablar de temas de mi país cuando no estoy en él», dijo. Y tampoco quiso hacer mención a la querella por prevaricación que el PP presentó contra él por seguir instruyendo el «caso Gürtel» pese a la aparición de indicios contra varios aforados y pese a que las dos fiscales Anticorrupción le habían indicado que debía inhibirse. El PP imputaba a Garzón haber mantenido la competencia a sabiendas de que la había perdido.

Precisamente ayer, la Fiscalía del Supremo se pronunció sobre este asunto y pidió el archivo de la querella al no ser los hechos denunciados constitutivos de un delito de prevaricación. Recordando la doctrina del alto Tribunal, el fiscal explica que la remisión de la causa al tribunal superior de justicia cuando aparece un aforado no debe hacerse de forma inmediata, sino una vez agotadas las posibilidades de investigación y una vez confirmado que existen indicios de criminalidad. «El aforamiento no sólo no impide, sino que obliga a continuar la investigación a fin de comprobar o desvirtuar esas imputaciones personales, evitando así la remisión no justificada», indica el fiscal.

Respecto a las filtraciones del sumario, que está declarado secreto, el fiscal entiende que la querella no aporta ningún dato que permita atribuir personalmente a Garzón la fuga de información.

De forma paralela a la interposición de la querella, el PP también se había dirigido al CGPJ para denunciar las filtraciones. Ayer, presentó un nuevo escrito ante el órgano de gobierno de los jueces. Acusa a Garzón de «utilizar fraudulentamente» el secreto y la publicidad del sumario «como instrumento de propaganda para dañar» al partido.

Y también de retraso injustificado en la tramitación del procedimiento -lo que podría ser una falta grave o muy grave- por haber viajado a Guatemala sin remitir a los tribunales superiores de Madrid y Valencia las exposiciones razonadas para que éstos puedan decidir si asumen o no el «caso Gürtel» tras la aparición de indicios contra varios aforados. El PP denuncia que los autos en los que anunció la remisión de la causa a Valencia y a Madrid fueron entregados antes a los medios de comunicación, hecho que, sostiene, daría cumplimiento a los objetivos propagandísticos del juez en perjuicio de la formación política.

Notificación «irregular»

Por otro lado, el PP cree que la notificación a Francisco Camps se hizo esa misma noche de forma «irregular» con el objeto de que los tres días de plazo que tienen los afectados para recurrir no frustraran el viaje que el juez ya tenía programado a Guatemala aprovechando un permiso por «asuntos propios». Así, en lugar de recibir la notificación de manos de un secretario judicial (para lo que habría sido necesario que Garzón dictara un exhorto y, en consecuencia, se habría necesitado más tiempo), Camps recibió por la noche la llamada de un policía que se negó a identificarse (sólo dijo ser de la UDEF) y que le pidió un número de fax para remitirle la resolución.

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