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Raúl Castro destituye a dos hombres clave de Fidel y asume todo el poder en Cuba

A la semana de cumplirse un año desde que asumiera la jefatura del Estado, Raúl Castro daba ayer un golpe de mano para asumir todos los poderes en Cuba y desembarazarse de varios hombres fuertes en los gobiernos de su hermano Fidel. Dentro de una masiva remodelación ministerial que afectó a diez carteras, el presidente cubano destituía al jefe de Gabinete, Carlos Lage , al canciller Felipe Pérez Roque y al ministro de Economía, José Luis Rodríguez. Castro dijo que estos cambios obedecen a su deseo de formar un Gobierno más compacto y funcional, con el que pueda trabajar hacia el «perfeccionamiento» del sistema cubano.

Así, a Lage , que conserva el título de vicepresidente, lo sustituye como primer ministro «de facto» el general José Amado Ricardo Guerra. Al frente del Ministerio de Exteriores se sitúa un viceministro, Bruno Rodríguez. De este modo, Raúl Castro, que ya controlaba el Ejército, pone a hombres de su confianza al frente de la economía y de la política interior e internacional.

Durante su primer año como jefe de Estado y de Gobierno, y ya desde que desde dos años antes asumiera el poder interino ante la enfermedad de su hermano Fidel, Raúl Castro reorganizó sin prisas la cadena de mando, impulsó pequeñas reformas económicas, emprendió una ofensiva diplomática y definió los cambios de fondo que ya ha remitido al sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), que se celebrará a finales de 2009.

El menor de los Castro, de 77 años, reconoció que nadie en Cuba puede vivir de su salario y animó a romper las ataduras para fomentar la iniciativa laboral. Sin embargo, las expectativas populares no se han visto aún acompañadas de verdaderas reformas.

Ya desde un primer momento Lage y Pérez Roque se vieron oscurecidos por el número dos del régimen, José Ramón Machado Ventura, y por un grupo de vicepresidentes -Ricardo Cabrisas, Ramiro Valdés, Ulises Rosales del Toro y Jorge Luis Sierra- con atribuciones en asuntos económicos. Dentro de las Fuerzas Armadas, Raúl Castro descongestionó y rejuveneció la escala de mando territorial

También han cambiado las formas. Olvidados los interminables discursos de Fidel, Raúl protagoniza escasos actos cívicos y de corta duración. Se han reducido los desfiles y manifestaciones ciudadanas y se ha dado mayor protagonismo a los funcionarios públicos.

Las reformas económicas aún están en estado embrionario, y es difícil saber si provocarán cambios estructurales o serán meros parches como los aplicados durante la tímida apertura de los años 90 en el llamado «periodo especial». En principio, se ha abierto la mano para la concesión de licencias de taxi privados, para la adquisición de de electrodomésticos, ordenadores y teléfonos móviles y para el acceso de los cubanos a hoteles.

El proyecto más ambicioso es el de una reforma agrícola para la que se entregaron tierras ociosas en usufructo. autorizó la venta de leche sin mediación oficial y transfirió facultades a los municipios.

En cuanto a su presencia en el mundo, Cuba ha mejorado sus relaciones con los países del entorno y con la UE.

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