ÓPERA
«Lázaro»
Música: C. Halffter. Int.: J. Sabrowski, D. Tiegs, M. Pardo, S. Palatchi, A. García, E. Santamaría, G. Peña, F. Latorre. Orq. de Valencia. Dir.: C. Halffter. Palau de la Música. Valencia. 27-2-09
ALBERTO GONZÁLEZ LAPUENTE
El Palau de la Música de Valencia, apoyado en la Orquesta de Valencia, ha visto crecer a «Lázaro», la segunda ópera de Cristóbal Halffter. En 2005 hizo posible el estreno de las «Cuatro piezas para orquesta» que sirvieron al compositor para anticipar los interludios de la obra. Cuatro años después asume la primera audición española de la ópera en versión de concierto, tras el estreno absoluto y escénico en Kiel (Alemania). De su éxito da cuenta el testimonio de quienes, viendo la obra sobre el escenario, elogiaron el valor del «sonido sinfónico» de Halffter, de su «triunfante lenguaje orquestal». Quiere esto decir que Valencia ha llegado a «Lázaro» de forma natural. Primero, imaginando las posibilidades de cuatro piezas sinfónicas que son música abierta, manchas e impresiones, como todo Halffter, pero que ahora, contextualizadas en el argumento adquieren la capacidad de explicar, matizar y sugerir la acción, bien es cierto que fuera de cualquier espacio y tiempo.
Una vez más, Halffter es abstracto. Pero, en esta ocasión, de forma más matizada, más cercano a la tierra y a la concentrada narración del libreto de Juan Carlos Marset. Aunque la metáfora siga siendo esencial en el universo del compositor, «Lázaro», con respecto a «Don Quijote», su primera ópera, sirve a las ideas con una dramaturgia más lineal, y una música que gana en teatralidad y le pierde el miedo a la conversación. En la presentación valenciana, el propio autor ha dirigido la obra. Lo hizo con templanza, sutil en el conmovedor arranque, poéticamente al final y de forma algo más relajada a lo largo de un desarrollo que requiere pulsión y empuje.
Tuvo enfrente a la Orquesta de Valencia, atenta y estupendamente implicada en la interpretación. Por ello hay que entender que fue intencionado el protagonismo que, en muchos momentos, tuvo la orquesta frente a las voces, arropadas también por la densidad de la escritura. Entre todas destacó la del barítono Jörg Sabrowski, protagonista en el estreno de Kiel y el cantante más sobresaliente de cuantos tomaron parte en esta interpretación de la obra.