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El BBVA cree «inevitable» que el Estado intervenga algunas entidades con problemas

Francisco González dice que hay que tener preparadas las ayudas públicas temporales con un plan de saneamiento y reestructuración

El presidente del BBVA, Francisco González, manifestó ayer que considera que «es inevitable» que el Estado tenga que llegar a intervenir a algunas entidades con problemas de solvencia, en lugar de optar por la nacionalización. En su intervención en la V Conferencia Internacional de ABC «Europa y América ante los cambios», organizada por la Fundación Iberoamérica y patrocinada por el BBVA, González precisó que aunque todavía no ha habido este tipo de problemas en el sistema financiero español, la duración y la profundidad de la crisis serán las que determinen si finalmente emergerán dificultades en algunas entidades.

En concreto, González aseguró que la mejor opción para salvar a una entidad con problemas de solvencia es la intervención y el saneamiento a través del Fondo de Garantía de Depósitos, seguido de la vuelta al sector privado una vez saneada. En su opinión, el camino de la intervención «es el más rápido y eficaz», como ya quedó probado en la crisis bancaria de los años 70 y 80 en España. Además, indicó que es muy importante «aislar a los jugadores débiles» del sistema financiero para que se recupere la economía.

Ayudas públicas temporales

Añadió que entre los mecanismos que hay que tener preparados habría que incluir las ayudas públicas, pero matizó que deberían ser «temporales y condicionadas a un plan de sanemiento y reestructuración de las entidades». No obstante, el presidente del BBVA recalcó que España es el único país del mundo occidental en el que su banca no ha necesitado aportación pública de capital. Sí, en cambio, se han efectuado ayudas a la liquidez sin coste para el Estado. En ese aspecto manifestó que aunque todavía es pronto para asegurarlo, está convencido que ayudará a aminorar la desaceleración del crédito.

Recordó que en los últimos meses se han prodigado cada vez más las voces que reclamaban a las entidades financieras el incremento del crédito a familias y empresas como una contraprestación por las ayudas públicas a la banca.

González argumentó que el BBVA, como el resto de la banca, quiere dar créditos a todo aquel que lo pida y pueda, razonablemente, hacer frente a los pagos. Sin embargo, «un banco responsable no puede conceder créditos más allá de lo que la prudencia exige». De lo contrario haría un flaco favor a sus clientes, sus accionistas, sus empleados y al conjunto de la economía. «Financiar un mal proyecto no genera riqueza ni empleo estable, sólo detrae recursos que se emplearían de forma productiva en otros proyectos más sólidos», añadió González, quien sentenció que «sería inútil y contraproducente que los bancos forzaran la máquina del crédito».

En su discurso, el presidente del BBVA incidió en que para limitar la profundidad y duración de la crisis y promover una recuperación más temprana y sostenida, la coordinación internacional es clave para mejorar los resultados de las políticas aplicadas. Además, dijo que la prosperidad de todos depende del libre comercio. En ese sentido, puntualizó que «ceder a la tentación proteccionista prolongaría y agravaría la crisis y reduciría la capacidad de crecimiento mundial a medio plazo».

Coordinación internacional

Destacó los pasos que se han dado hasta el momento, como la relajación de las políticas monetarias, el fuerte aumento de la liquidez suministrada por los principales bancos centrales o los programas fiscales en distintos países -especialmente en Estados Unidos- «que representan un estímulo significativo para la economía global».

Insistió en que, además, es fundamental abordar los problemas de solvencia de las entidades, «fortaleciendo el capital de aquellas que lo necesiten y afrontando el necesario redimensionamiento del sector». Precisó que esas medidas serán distintas en cada país, por eso se requerirá un alto grado de coordinación internacional, sobre todo en Europa, para no correr el riesgo de crear distorsiones serias de la competencia en el mercado».

El presidente del BBVA manifestó que el éxito para salir de esta crisis, «la más grave desde la gran depresión de los años 30», dependerá de la capacidad de coordinación internacional y de trabajar en cada país todos juntos: gobiernos, partidos políticos, empresas, sindicatos, ciudadanos y todos los componentes de la sociedad civil».

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