El 25 por ciento de los jóvenes ven con malos ojos la inmigración
Jueves, 19-02-09
Si bien ha crecido el número de jóvenes que ha madurado su forma de entender el fenómeno de la inmigración y se muestra cada día más tolerante con las personas extranjeras, hay un sector de la juventud que todavía no mira con buenos ojos la llegada a España de personas de otros países y muestra sus propios prejuicios hacia ellos. En los peores casos, incluso parece que ahora las posiciones más radicales poseen mayor peso entre los jóvenes. De hecho, hoy el 14% de los chicos afirma que votarían a un partido xenófobo si sigue aumentando la presencia de inmigrantes en su entorno. Una tendencia que se ha duplicado en los últimos cinco años, pues en 2003 lo pensaban sólo el 7% de los chavales. Por el contrario, la gran mayoría (80%) no estaría dispuesto a dar ese paso.
Ese es uno de los datos más preocupantes que refleja un sondeo de opinión presentado ayer por el Instituto de la Juventud (Injuve) en el que se ha encuestado a 1.436 jóvenes de entre 15 y 29 años de todo el país. Aparte de conclusiones positivas -por ejemplo, el 48% de los chicos considera a los inmigrantes como un elemento enriquecedor para la nación que los recibe-, el documento revela que todavía persisten trabas y recelos hacia las personas de otros países que conviven entre nosotros.
Los inconvenientes
Como fenómeno general que se da en diferentes países, la inmigración resulta negativa para el 25% de los jóvenes. Y en el caso concreto de España, casi la mitad de ellos (44%) dice que presenta inconvenientes, sobre todo porque los extranjeros «quitan puestos de trabajo» a los españoles, «aceptan sueldos más bajos, que hacen que desciendan los salarios» y «provocan delincuencia y problemas de inseguridad ciudadana». Y aunque en esto los jóvenes en paro son los más críticos, esas ideas parecen bastante extendidas, ya que las comparten tanto los chicos de clases más humildes como los de clases más altas. También los que viven en Levante, centro y norte del país, donde se encuentran los mayores colectivos de extranjeros.
Existen otras actitudes que también reflejan cierta desconfianza hacia los extranjeros. Por ejemplo, dos de cada tres jóvenes, es decir el 68%, considera excesivo el número de inmigrantes que viven en nuestro país. Una creencia que cada vez suma más adeptos. Quizá por eso, la gran mayoría (72%) se decanta por políticas más restrictivas que controlen la entrada de otros nacionales y que sólo se permita el paso a aquellos que cuenten con un contrato de trabajo previo.
Las propuestas se encuentran en sintonía con otras que realizan los chicos cuando se les pregunta cómo tratar a los inmigrantes que se encuentra en situación irregular: la mayor parte (42%) piensa que sólo se debería regularizar a los que tengan un empleo. Incluso hay un 10% que los devolvería a sus países de origen.
Desconfianza
Los chicos tampoco tienen muy claro si la inmigración les genera confianza o desconfianza, pues en esto se encuentran divididos. Lo que sí declaran es que existen grupos que les producen mayor recelo. Es el caso de las personas de origen magrebí y de los rumanos, que no cuentan con muchas simpatías. Sin embargo, los extranjeros de Iberoamérica, de origen latino, africano y subsahariano son más aceptados.
Y también están divididos a la hora de valorar si la convivencia con personas extranjeras conlleva un enriquecimiento cultural para España. No obstante, la mayoría no duda que los inmigrantes sólo deberían conservar las costumbres que no entren en conflicto con las leyes de nuestro país o no molesten a los españoles. Son muy pocos (sólo el 17%) los que se muestran tolerantes y permisivos, es decir, que están a favor de que conserven su cultura y religión sin restricción.
En la convivencia con los inmigrantes hay jóvenes que muestran sus reparos. Aunque la gran mayoría aceptaría trabajar con extranjeros, o que su hijo invitase a un niño inmigrante a casa o vivir en el mismo barrio con otras nacionalidades, hay jóvenes que no se muestran tan tolerantes y rechazan estas relaciones. Un 37% incluso no alquilaría su piso a personas de otros países o no aceptaría de buen grado que su jefe procediera de otro origen. No obstante, siete de cada diez chicos declara que tienen un amigo inmigrante. Suelen ser otros jóvenes de nacionalidad marroquí, colombiana, ecuatoriana, argentina y rumana. Muchos establecen algún tipo de relación con personas de otro origen a través del trabajo, del centro de estudios, por ser vecino o por comprar en comercios regidos por otros nacionales. Existe un 30% de chavales que no mantiene ningún tipo de contacto con extranjeros, bien porque no se ha dado el caso o porque no les interesa, no les gusta o desconfía de ellos y prefieren estar con gente española. Todavía existe un porcentaje elevado de jóvenes que trata al extranjero con desconfianza, con desprecio e indiferencia.

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