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Obama promete ayuda a Kosovo en su primer año de independencia unilateral

Obama promete ayuda a Kosovo en su primer año de independencia unilateral

Kosovo celebra hoy su primer aniversario de su declaración unilateral de independencia en un ambiente aún de incertidumbre, consolidando con extremas dificultades su estado institucional. Mientras, Belgrado permanece inamovible en su decisión de rechazar la secesión de esta región que considera como cuna de la cultura serbia, acusando a los dirigentes albanokosovares de haber violado la integridad territorial de Serbia y poniendo en peligro la seguridad regional.

Goran Bogdanovic, ministro serbio para el Kosovo, sostiene que «ni el actual ni los futuros gobiernos de Belgrado reconocerán su independencia». Se trata, en su opinión, de un imperativo que deriva de una «relación cultural, espiritual y de las propias raíces que cada serbio tiene con el Kosovo». Para Belgrado, el hecho de que Kosovo esté habitado por dos millones de albaneses y solo 120 mil serbios, no reviste mayor importancia frente a lo que representaría su legado cultural para la nación serbia.

Tampoco cuentan los motivos que llevaron a la OTAN a intervenir militarmente en 1999 ni los que indujeron a la ONU a poner este territorio bajo su jurisdicción.

Contra fronteras y aduanas

Hasta la fecha Kosovo ha sido reconocido por 54 países, incluidos EE.UU. y 22 de los 27 países de la UE. El último en reconocerlo fue Panamá el 16 de enero pasado. Los países de la UE que rechazan su independencia son España, Grecia, Rumania, Eslovaquia y Chipre. Si el mayor aliado de Belgrado sigue siendo Rusia, el de Pristina sigue siendo EE.UU.

El presidente Barack Obama envió ayer una carta de felicitación a los dirigentes kosovares, prometiendo ayuda económica y apoyo internacional. La UE lo esta haciendo desde diciembre pasado, con su misión Eulex, para establecer el Estado de Derecho y poner fin a la corrupción, la criminalidad organizada, y poner en pie una economía que hoy no es capaz de absorber al 60 por ciento de la población activa.

Pero Eulex se enfrenta con ello, a la minoría serbia que habita la zona norte de Kosovo y que bajo las directivas de Belgrado no acepta que se establezcan fronteras ni sistemas de aduanas.

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