La Corona diseña su «hoja de ruta» para propiciar la salida de la crisis

La Corona siempre ha estado muy próxima a los sectores más necesitados de la sociedad y, en estos momentos, no cabe duda de que el efecto más doloroso de la crisis es el desempleo. Ahora, se trata de apoyar a quienes han perdido el puesto de trabajo, y de propiciar la salida de la crisis tan pronto como sea posible y en las mejores condiciones, haciendo especial hincapié en la mejora de la formación y preparación de los jóvenes.

La Familia Real es consciente de que la «cultura del paro» es demoledora para la sociedad y para su estado anímico, y de que la esperanza para salir del desempleo está en la mejora de la formación hacia niveles más modernos y competitivos, enfocados en la tecnología y la innovación.

En la agenda de la Familia Real también recibirán una atención especial las pequeñas y medianas empresas, ya que constituyen el motor que crea más empleo y en estos momentos están atravesando una situación muy difícil.

En los últimos meses el Rey, y también el Príncipe, han hecho varios llamamientos a la colaboración de todos los agentes políticos, económicos y sociales para superar la crisis. Pero fue en el discurso de Navidad donde Don Juan Carlos describió su plan de acción con mayor precisión. Según un alto cargo del Palacio de La Zarzuela, «si la Casa del Rey tuviera programa electoral, este sería el discurso de Navidad». Ya en aquellos momentos, Don Juan Carlos expresaba la preocupación por el desempleo, antes de que se disparara la alarma posterior. El Rey también habló esa noche de la necesidad de que el dinero llegara a las familias y a las empresas, así como de la importancia de fortalecer los sistemas de supervisión financiera internacional.

Ahora, el objetivo de la Corona es funcionar como «correa de transmisión» de los diversos estamentos de la sociedad, sobre todo de los que más van a sufrir el impacto de la crisis, con el fin de que ésta sea lo más breve y menos dañina posible. Todo ello, desde la singular posición del Rey como Jefe de Estado y como figura que representa a todos los españoles desde una neutralidad activa. También, desde una institución como es la Monarquía, que aporta estabilidad y continuidad, dos elementos muy valorados en los momentos de crisis.

Para Don Juan Carlos, que dio sus primeros pasos como Rey en 1975 en un contexto económico muy adverso, los treinta años que vinieron después -que han sido los de mayor progreso de la Historia de España- deben «llenarnos de energía y de confianza» para superar la crisis actual.

Además de su labor en el terreno nacional, la Corona también mantendrá durante gran parte del año una intensa actividad internacional enfocada en la crisis, pues sin un sector exterior competitivo es prácticamente imposible el crecimiento económico. A las visitas a España de mandatarios extranjeros, como los de Argentina, Rusia y Francia, se sumarán algunos viajes de los Reyes y los Príncipes al exterior.

Este año también vendrá marcado por la celebración de elecciones autonómicas en Galicia y País Vasco, en las que los partidos fuertes, sólidos y estables, comprometidos con la lealtad constitucional, pueden jugar un importante papel frente a la crisis.