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La Unesco reclama medidas para preservar el pecio del navío HMS Victory

Con motivo de la localización por parte de una empresa privada del pecio del navío de guerra británico HMS Victory, naufragado en el Canal de la Mancha en 1744, la Unesco atrae la atención de la opinión pública sobre la necesidad de proteger un vestigio de tan señalada importancia histórica. A este respecto, la Organización recuerda la reciente entrada en vigor, en enero de 2009, de la Convención de la UNESCO sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático.

“Me llena de satisfacción el descubrimiento de un elemento del patrimonio submarino de tan excepcional importancia. El interés cultural y científico de este vestigio histórico es muy considerable”, ha declarado el Director General de la UNESCO, Koichiro Matsuura. “Confío en que todas las partes interesadas sabrán encontrar los medios adecuados para que el pecio de este navío, testimonio de importancia capital para la historia naval británica, sea preservado y valorizado como corresponde, sin que sea objeto de explotación comercial alguna, de conformidad con los principios que presiden la convención adoptada por la UNESCO en 2001”.

El pecio del HMS Victory, cuyo descubrimiento fue hecho público el 2 de febrero por la sociedad de exploración submarina que lo ha localizado, se hundió en 1744 frente a las costas de las Islas Anglonormandas, durante una tempestad. Todos los tripulantes y pasajeros de este navío de la flota de guerra británica –unas mil personas en total– perecieron en el naufragio. Además de restos humanos, el pecio del navío contiene al parecer un gran número de cañones de bronce y objetos históricos, así como un cargamento de oro importante.

Este descubrimiento se produce algo más de un año después de que la misma empresa comercial explotara, en 2007, los restos de un buque español que encerraban varios centenares de miles de monedas de plata. Este asunto suscitó un litigio entre esa empresa privada y el gobierno de España, que no había sido consultado previamente. Las autoridades españolas reivindican la propiedad del pecio y la inviolabilidad de los sitios arqueológicos nacionales.

La Convención de la UNESCO sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático ha sido ratificada hasta la fecha por 22 Estados* y entró en vigor el 2 de enero de 2009. Aunque el Reino Unido no figura todavía entre los Estados Partes de la convención, ha declarado que está dispuesto a respetar su anexo, en el que se establecen normas de índole ética y científica sobre las actividades relacionadas con el patrimonio cultural subacuático, cuya pertinencia está ampliamente reconocida por los arqueólogos.

En esas normas se especifica, en particular, que la explotación comercial del patrimonio subacuático para realizar transacciones o especular es absolutamente incompatible con su protección y gestión correctas. No obstante, se admite el concurso de proveedores de servicios especializados en exploraciones y excavaciones arqueológicas submarinas, a condición de que respeten las normas éticas y científicas comúnmente admitidas y de que intervengan con el consentimiento previo de las autoridades nacionales competentes en la materia.

La Convención de la UNESCO sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático tiene por objetivo garantizar una mejor protección de los pecios de navíos y otros vestigios sumergidos. Este instrumento jurídico constituye la respuesta de la comunidad internacional al saqueo y la destrucción crecientes del patrimonio cultural subacuático, cada vez más expuesto a la codicia de los cazadores de tesoros. La convención no reglamenta, sin embargo, la cuestión de la propiedad de los restos de naufragios y no pretende modificar en modo alguno la jurisdicción o la soberanía de los Estados regidas por el derecho del mar.

La convención se basa en cuatro principios fundamentales: la obligación de proteger el patrimonio subacuático; la prioridad otorgada a la conservación in situ, esto es, en el fondo del agua; el rechazo de la explotación comercial de los vestigios; y la cooperación entre los Estados para proteger este valioso patrimonio, propiciar la formación en arqueología submarina y sensibilizar al público a la importancia de los bienes culturales sumergidos.

La primera Conferencia de los Estados Partes en esta convención tendrá lugar los días 26 y 27 de marzo en la sede de la UNESCO.

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